Pensemos en nuestros hijos o nietos, diseñemos un itinerario ideal para su educación, para su formación, para que algún día se puedan emancipar y ser libres; pensemos en las necesidades que hay que atender, para que el camino diseñado sea amable protector y productivo; pensemos lo cerca de ellos que físicamente hemos de situarnos, para observar su continua evolución; pensemos  en nuestras capacidades de, vigilancia, control y amor; pensemos en la labor que la familia desarrolla con su ejemplo, acogida, calor y cariño, como los vecinos y amigos con los que compartimos nuestras vidas; pensemos en el colegio, en el lugar donde eclosiona su desarrollo social, al tener que competir y compartir con compañeros; cuantas necesidades cubre el profesorado, con su referencia moral, ética y científica; cómo el niño va a interiorizar una forma de estar en el mundo, sin desviaciones, atendiendo a la norma, y todo esto envuelto en la sociedad, que es la vida en pleno desarrollo, el ruedo a donde todos tenemos que bajar, para aprender a discriminar las diferentes circunstancias, a objetivarlas sin contaminación, y a dar la respuesta más adecuada para cada momento. A este flas de hechos concatenados, hemos de ir, ellos aprendiendo, y nosotros los mayores, aquellos que tenemos ciertas responsabilidades, vigilando, acompañando y controlando. Es un camino largo y laborioso, pero es un camino enormemente productivo, porque dependiendo del tipo de tránsito que realicemos, los frutos van a ser diferentes; conseguir adultos amables, educados, responsables, respetuosos y solidarios, o solitarios, egoístas, conflictivos e incluso perversos, va a ser la respuesta.

En estos momentos, las noticias nacionales nos comunican, casi de forma diaria, que en las Islas Canarias tenemos alrededor de 6.000 niños no acompañados, es decir, sin padres, sin familiares, sin la presencia de personas afectivamente cercanas; parece que además, situados en condiciones de hacinamiento, amontonados, obviamente por falta de espacio, niños y niñas, aglomerados, carentes de afecto, cariño, respeto, amén de las mínimas condiciones higiénicas, por espacios reducidos, carentes de servicios esenciales. Niños desarraigados, desprotegidos, alejados de su hogar, sin poder disfrutar de una caricia, un abrazo, una sonrisa de sus padres, ni de ningún ser querido, a lo que se suma la historia siempre triste de cada uno; quizás algunos sin padres, o incluso habiendo vivido como maltrataban o simplemente asesinaban a sus padres, o habiendo asistido a un maltrato familiar, al ser hijos de padres  maltratadores,  con vidas desordenadas y conflictivas, o habiendo sido objeto de, raptos o violaciones, o incluso, sujetos comprados o vendidos. Son 51 guerras activas en este momento las presentes en el mundo, jamás habíamos asistido a tantas a la vez, y de estas situaciones siempre sufren los más débiles, los más frágiles, los que carecen de voz, los más manipulables, de aquí que son muchas y diversas las causas que se suman, para que los niños se acerquen a nosotros.

Esta exposición de una realidad que todos conocemos, y a la que todos asistimos pasivamente, es enormemente perjudicial para los niños, dificulta o enloda su evolución y desarrollo, ellos que por el origen que hemos descrito, requieren más cuidados que nuestros hijos, por los déficits con los que han vivido, se le ofrece un mundo insolidario, que les desprecia, margina y desatiende, algo que supone, además una frustración para ellos, porque la esperanza de conseguir, después de muchos sinsabores, un lugar de paz, de estabilidad, y protector, se ha convertido, en una continuación de las adversidades múltiples que venían sufriendo.

Los políticos responsables de la gestión del bien público, son personas que supongo tendrán hijos, nietos o sobrinos, y sabrán que significa para el niño los cuidados, la cercanía, el amor, el calor de la protección y el ejemplo, y supongo que sepan cuál de estas manifestaciones reciben esos niños, amontonados, encerrados, y a los que se les ha negado la esperanza. Pero, y esto es tanto o más significativo, supongo que sepan el País en el que viven, el País más envejecido del mundo, el que disfruta de una de las expectativas de vida más alta, el que sufre uno de los índices de nacimientos más baja, 1,16 hijos por mujer, de tal forma que mueren más que nacen, y que no se da población de repuesto, por lo que nuestra población comenzará a disminuir, de tal forma que tendremos pronto, de seguir este renglón, que traer de fuera de nuestras fronteras, personas para que nos atiendan cuando lo necesitemos. Por favor, den una respuesta además de comprensiva y humanitaria, inteligente.

Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2024