
La lucha por la superación, se remonta al principio de los tiempos. Los deseos de ser, tener y poder son tan antiguos como el hombre, de aquí que en ocasiones incluso se inventen motivos, que nos permitan obtener estos beneficios, motivos entre los que siempre han destacado las religiones. Históricamente, en nombre de ésta, o a causa de la disputa por algún bien material, tierras, materiales propios de ésta, o espacios ricos o productivos… han sido causa de grandes y sangrientos enfrentamientos, diezmando en su momento la población. Hoy, después de bastantes décadas de cierta paz y bienestar, etapa en la que la convivencia dio un enorme paso, con el abono de la cooperación multilateral, y con ello el entendimiento de los pueblos, hemos bruscamente regresado a las formas de convivencia iníciales, protagonizadas por los enfrentamientos, de aquí la observación de cierta inquietud social, al persistir el deseo explícito de algunas naciones de dominar a otros pueblos, amenazando con una injusta puesta en funcionamiento de un comercio injusto y egoísta, junto a la exhibición como amenaza de una tecnología de vanguardia, con capacidad devastadora; estas aspiraciones ilícitas e injustificables, junto a la posesión de una capacidad destructora, en manos de una autocracia sin escrúpulos, o de la soberbia de una contaminada democracia, tienen en sus manos, además de nuestro bienestar, por la recurrencia a un intercambio comercial interesado, nuestras propias vidas.
Una visión retrospectiva, nos permite observar tres momentos de enorme peligro, destacando en principio la guerra de los Treinta Años. Conflicto en el que por la disputa base de la posesión de más o menos terrenos, y teniendo como disculpa el asesinato de los herederos de la corona Austro-Húngara, se formaron dos bandos, en principio unidos por la religión, para más tarde unirse por intereses específicos. Fueron treinta años de matanzas de personas, especialmente militares, quedando algunas zonas como la Bohemia, diezmadas por la muerte de más del 15% de su población; se observaron más de diez millones de desplazados, y se sembró el caos en toda Europa central. Fue una lucha en la que la importancia de la prensa, la imprenta y una maquinaria sofisticada, sembraron de residuos parte del continente, llegando, con el objetivo de evitar su repetición, a definir las bases de lo que es la Europa Unida de hoy. Pueblos libres e independientes, libertad religiosa, y escrupuloso respeto a las fronteras, definiendo claramente las mismas. No obstante, después de una larga paz, volvimos al conflicto.
Surge en 1914 la Primera Guerra Mundial, como siempre de la disputa de los intereses por las colonias, entre otros factores, son dos bandos los que se unen para defender sus intereses, la triple alianza y el eje, y cuatro años de enfrentamiento fratricida con más de diez millones de muertos, otros tantos de heridos, y una cifra parecida de desplazados. La tecnología había avanzado, como los medios de comunicación, de aquí su mayor destrucción de enseres, viviendas, comunicaciones, con un resultado de pobreza y miseria, que exigió mucho sacrificio. Pero casi sin terminarla, y aprovechando la enorme anarquía y miseria del pueblo alemán, un personaje listo y audaz, supo recoger la enorme protesta del pueblo, y fácilmente consiguió erigirse en el responsable de la gestión del caos. Supo recoger el sentido de la miseria, e inyectando esperanzas, eligió un colectivo culpable de todo, donde sin discriminación, además de recoger su dote, asesinó a todos que no tuvieron tiempo para escapar, y la cohesión se hizo piña frente al culpable, teniendo como único referente al Dictador, que aspiraba además a conseguir una gran Alemania, teniendo como referente el Impero. Da un primer paso por la fuerza con la invasión de Polonia. Se unen Francia y Gran Bretaña para neutralizar la brutalidad, formándose dos bandos; el eje y los aliados. Seis años de destrucción y muerte, de caos y oscuridad, de miedo y precariedad, y con el apoyo americano como ocurrió en la primera, se firma la paz, creándose estructuras mundiales como la ONU y su Consejo, con el objetivo de impedir la repetición de hechos equivalentes.
¿Estamos a las puertas de una nueva conflagración? Rusia impresiona que desea reconstruir su imperio, ha invadido Crimea y Sebastopol y posteriormente Ucrania, EE.UU., acuerda con Ucrania una tregua, desea la gestión de sus tierras raras, Rusia lo está estudiando, mientras el mundo se empobrece, por el incremento del gasto militar y el encarecimiento de los productos por los aranceles. ¿Cómo se escribirá el fin de este enorme conflicto de intereses? “Abusemos del diálogo y de la cooperación, ambos suman”.
Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2025
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