Superada la contienda mundial, con más destrucción y movimientos migratorios de vidas humanas, y desaparecidos los cuatro imperios dominantes del mundo desde Europa; Ruso, Austro Húngaro, Alemán y Otomano, resurgieron nuevas fronteras en el viejo continente, a la vez que se señalaron los límites de nuevos países, especialmente en: Oriente Próximo, Norte y Este de África y Asia Oriental, originados por las descolonizaciones, obteniendo el mundo un nuevo orden, vigilado desde la ONU, y controlado unipolarmente por los EE UU. Enorme obra llevada a cabo especialmente desde EE UU de América, y las potencias europeas, pero plagado de permanentes obstáculos, fruto de la inestabilidad de las antiguas colonias, y que en el momento actual siguen vivas aún, especialmente en el norte y centro de África, Oriente próximo, y Sudamérica.

El mundo así diseñado ha ido evolucionando no sin sobresaltos, pero ha sabido respetar cierto equilibrio, que ha permitido observar y disfrutar unas décadas de progreso y bienestar. No obstante, los enfrentamientos por el control de las nuevas naciones, y en consecuencia de sus fuentes de riqueza, ha propiciado que el equilibrio inestable se rompa, no en pocas ocasiones, pudiéndose afirmar que en estos momentos, existen más guerras en activo que nunca, y que además se extienden a todo el mundo; disputas en las que han participado diferentes países con diversos protagonistas, y que al final hemos ido caminando de la unipolaridad, a la bi o tri polaridad, amén de los diversos alineamientos de diversos países, en defensa de sus intereses específicos de zona, provocando así un reparto de poder sobre el papel, que junto a la posesión de la energía atómica, y la apuesta por su utilización, el futuro impresiona de sombrío.

Ante esta desafortunada falta de entendimiento, dentro de un pobre y amenazante equilibrio, últimamente han surgido, movimientos políticos extremistas, tanto en Europa como en el resto del mundo, cuya amenaza es real, al provocar en la ciudadanía una identidad de grupo, bien acogida desde el individualismo reinante, así como la venta de soluciones fáciles y sencillas, a problemas no resueltos desde más allá de la guerra de los cien años. De aquí que en una encuesta realizada en más de treinta países de todo el mundo, el 42% de los ciudadanos de entre 18 y treinta y cinco años, votaron por una dictadura de carácter militar.

Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2024