Un niño es un proyecto de ciudadano, necesitado de todo tipo de ayuda para su supervivencia, llega a este mundo después de un enorme trauma, respira se mueve y necesita alimento, va lentamente desarrollándose, reptando, observando sus alrededores, atendiendo a todo lo que se sitúa dentro de su espacio vital, oye los sonidos y atiende con la mirada, la observación cada día es más penetrante y precisa, por lo que va incorporando a su conocimiento aquello que siente cercano, se pone de pie al año, y los desplazamientos son más largos, las distancias crecen y el horizonte se agranda, se sienta, juega con objetos e interpreta sentimientos, se sienta, mira con atención y comprende, comienzan los balbuceos y termina por hablar, y solicitar cosas, cogiendo al adulto del que depende de la mano, está en nuestras manos, suelto, moviéndose incluso sin objetivo, toca las cosas para sentirlas, contextura, peso, volumen, y así va incorporando enseñanzas de lo que ve y escucha, Piaget hablaba de un proceso de, asimilación y acomodación; pasan los años, y estamos en la primera infancia, en la que toma decisiones, y responde a solicitudes, es ya mayor, hasta que se asoma a los doce años donde la preadolescencia hace su presencia y le agita, le inquieta, le volcaniza, está más vivo, tiene iniciativa, es dueño de proyectos, conoce las cosas aunque no sepa la trascendencia de su utilización, este es el niño con el que nos encontramos siempre, pegado a los adultos, iniciando su incorporación a los diferentes actos sociales. De los adultos interioriza sus comportamientos, es su aliado natural para el progreso, su mano es vital, de tal forma que este es su dueño, es un binomio perfecto en equilibrio, yo hago, realizo, tu mimetizas ciegamente.
Esta unidad nacida desde el amor, desde la entrega, en ocasiones es aprovechada para el abuso del adulto, al joven le falta de interiorizar la trascendencia del acto, puede conocerle, pero este conocimiento tiene mucho de fantasía, y como la confianza en el adulto, que siempre pertenecerá al entorno más íntimo, familiar, cercano, amigo o compañero de sus padres, o vecinos visitantes asiduos a la casa; esta confianza permite su plegamiento a los intereses bastardos del adulto, de tal forma que, según la universidad de Barcelona, uno de cada cinco adolescentes, ha sufrido violencia sexual de un adulto en el año 2023. Cuatro mil escolares, de entre 14 y 17 años, pertenecientes a las 17 autonomías de nuestro País, muestra representativa, han manifestado que, el 17,8%, ha sufrido uno o más episodios de ataque de violencia sexual, en el último año, en este caso, fueron más las chicas las que sufrieron ese atropello, un 24%, los chicos 11%, pero en este caso, el doble de chicos, equivalente a un 3%, sufrieron violaciones, o fueron obligados a mantener sexo oral, con adultos.
Últimamente, y por la singularidad de las redes sociales, que siembran toda nuestra geografía, y por lo tanto con fácil acceso y uso, permiten la posibilidad de acercamiento con la mayor facilidad, por lo que más de un 12% las han sufrido propuestas, representando las jóvenes el triple que los chicos, aquí se entremezcla, solicitudes de encuentros, engaños, manipulaciones, solicitudes de información, o de imágenes íntimas de los jóvenes, o encuentros explícitos, tras de cuyos mensajes se sitúan con mucha frecuencia, los pederastas, facilitando la caza del joven, o la joven imprudente. También este medio más utilizado por las chicas, estas representaron más del doble de los chicos en caer en la red, que los mayores tendieron, sufriéndola más del 11% de la muestra; los ataques graves para ambos sexos, venido de amigos y compañeros o conocidos, representaron un 2% de la población total aunque algo más en chicas que en chicos, representando más de un 66% de los países vecinos.
Las agresiones referidas específicamente a adultos, siempre pertenecientes al círculo íntimo de la víctima, padres, hermanos, familiares cercanos, amigos de los padres o visitantes conocidos, p.e. el novio de la hermana; no es lo mismo en niñas que en niños, las chicas pueden representar el doble que las niños, este es un acoso muy común que normalmente se silencia, ¿cómo la hermana pequeña va a denunciar al novio de su hermana mayor, y dejarla sin novio?, ¿la familia lo aceptaría?, lo mismo ocurre con familiares que hacen la vida en casa, o el abuelo… las chicas sufren más tocamientos, y los chicos son obligados al ejercicio del sexo oral.
Cultivemos el respeto al otro, amén de la empatía.
Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2024
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