Se citaban representantes de muchos países, especialmente sudamericanos, asiáticos, alguno africano, y una mínima representación europea, eso significa que la competición estaba reñida, se trataban de grandes figuras, que al estudiarlas individualmente, nos impresionaban que no pudieran ser superadas por otra, pero siempre había un representante más cualificado, y España, ha presentado a una figura que se ha venido “desarrollando” en los últimos años, y que en el día de ayer, declarado prófugo por el estado, y sabiendo que desde su residencia en el exterior, había prometido entrar en su patria, donde persiste activa una orden de detención, cumplió la promesa de entrar en su país, dando seguidamente un discurso patriótico, “volveré para quedarme y presidir el gobierno de mi autonomía”, rodeándose por aquellos que admiran su magia inigualable; terminado el discurso, dio la espalda al auditorio entusiasmado, y quizás mimetizado, dirigirse sobre sus pasos, y ¡zas! Desapareció.

Ha pasado más de un día, y la policía movilizada, junto a una población curiosa por poder entender el truco, y por ello ávida de conocer, siguen desconociendo su  desaparición, enormemente limpia, rápida, e inesperada, de tal forma que la sorpresa por la magia desarrollada en tal hazaña, ha traspasado fronteras, y ha sido reconocida como excepcional, al no encontrar explicación alguna; esta magia, limpia y pura, realizada en presencia de un auditorio, quizás anestesiado, ha sido galardonada con una medalla de oro. Nos falló Carlos Alcaraz, Jon Rham, Marín, cuya desgracia merecía muchas medallas de oro, (esto indica que hay que crear una, para que las desgracias sean recordadas), pero surgió una nueva con la que no se contaba, aquella que premia el escapismo.

Nuestro candidato, ha venido cultivando diferentes aspectos propios de un trepador ninfo, que ha conseguido culminar con éxito. Todo comenzó con casi la desaparición de su partido, que había sido embargado, sus problemas económicos eran un charco enorme, casi putrefacto, aquí nace como flor de loto, se encamina a la recomposición lenta desde la presidencia del partido, dividido, desorganizado y casi destruido, le cambia de nombre, aunque sus miembros son los mismos, ganan unas elecciones, y se convierte en presidente de la autonomía, una autonomía histórica, contando como tal con unos antecedentes y unos derechos, por lo que en esencia, más que luchar por una mejor sanidad, educación, dependencia, vivienda, en definitiva bienestar, lo ha hecho, por la posibilidad de la independencia de la nación de todos, cuya constitución fue votada mayoritariamente en la autonomía.

Su esfuerzo, así como el de los que le siguen, es el llegar a ser presidente de un estado europeo, y sus acólitos, los ministros; por lo que lo primero es, caminar hacia una desconexión del estado español, aprobando diversas leyes, y suspendiendo otras, para llegar a la desconexión total, con el amparo europeo, y el de diversas naciones en las que ya habían abierto oficinas informativas y de gestión económica, negociados, que serian convertidos en embajadas, y el gobierno de la autonomía en gobierno de un nuevo estado, incluso contando con el apoyo económico y administrativo del pueblo Ruso. La situación era clara, y el camino a recorrer expedito, así como la meta, todo era conocido, pero el gobierno central, pensando ingenuamente en reconstruir el camino normal, de dependencia del estado, siempre quiso hacer oídos sordos a esta situación, cultivando la aproximación y la colaboración, aunque esta fuera rechazada.

El camino un día llegó a su fin, se tocó aquella meta deseada de la independencia, se proclamó con la representación de los alcaldes y sus bastones, y un día fue proclamada una república fantasiosa, al seguir a la proclamación, su anulación, algo de vértigo, y quizás el primer acto de escapismo, carrera que le encumbraría a la medalla de oro.

Algunos de los responsables de este atropello de la ley, fueron encarcelados, y el presidente, gran actor, representó el segundo acto de escapismo, escondiéndose como individuo banal y frívolo. En principio desapareció, nadie sabe cómo, pero después de desdecirse a sí mismo en segundos, se evaporó, sin explicación para los suyos y no suyos, porque un presidente de gobierno, es presidente de todos y para todos. Desde entonces, siete años dan para mucho, consiguió instalarse cómodamente, en una casa amable y espaciosa, donde recibió y recibe visitas de sus hipnotizados, sorteando tantos autos de detención, que han sido dictados desde España, para seguir hoy no se sabe dónde.

Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2024