Reinaba la tranquilidad y esperanza, acompañadas por el ritmo diario de una vida normal, nada indicaba cambio alguno, aunque el tiempo retorcía el rostro, y su gesto iba haciéndose más amargo, cuando sin sorpresa, la AEMET anuncia una DANA, que sobrecogió a la totalidad del vecindario de varios pueblos, aunque parece que el anuncio que presagiaba una notable gravedad, llegó tarde, porque la lluvia ya había hecho acto de presencia, haciéndose más intensa por segundos, tanto, que se oscurecía el horizonte, haciéndose impenetrable a nuestros ojos, se cubren de inmediato las torrenteras y caminos, además de los pueblos y ciudades, se obturan respiraderos y desagües, el agua invade hasta el techo la totalidad de los bajos y las plantas inferiores de las viviendas, su enorme bola camina como una ola gigante, sobre la que flotan todo tipo de enseres urbanos, muebles de las viviendas invadidas, automóviles y mobiliario multicolor, además de personas de diversas edades, a las que se observa como son engullidas y superadas por el agua. Los automóviles como plumas forman grandes montañas, a la que se suman los restos más diversos: enseres urbanos y de las viviendas invadidas, maderos arrastrados del campo… y el pueblo sin poderlo creer, y sin poder hacer nada, pues su objetivo es el de ponerse a salvo además del de ayudar a los vecinos, aspecto que no siempre conseguían. Surgen los gritos y sollozos del pueblo, las voces se cruzan, las llamadas de auxilio se mezclan y su eco se escucha desde cualquier rincón, y la lluvia como desatada desde el cielo vuelca un manto que paraliza.
La sorpresa es el primer sentimiento, nadie esperaba esta caótica situación, donde sólo reina la soledad, dentro de la multitud y la presencia de un miedo que quiebra, que sacude fuertemente a cada uno de los vecinos, todos se miran cuando pueden, y si pueden se abrazan para fortalecerse, para unir fuerzas, para seguir en pie, gritan además casi en coro, ¡dónde está la ayuda!, que hacemos, por donde empacamos, con que contamos para poder controlar a este enorme caudal; pero nadie escucha sus gritos, bañados en lágrimas, y sigue cayendo agua e invadiendo calles y caminos, y aquí vienen otras preguntas, ¿has visto a mi padre?, ¿y a mi hermano?, la niña la tenía en casa de la vecina y no la veo; la tristeza tiñe todo, junto al dolor y la angustia que penetra en los corazones, pero desde esta pena, desorientación y angustia, nacida de la sorpresa, nadie llega, nadie auxilia, persiste el sentimiento de soledad, donde se gesta la rabia y la ira.
Al séptimo día, hacen su presencia las autoridades locales y centrales, desean propiciar un espaldarazo a la labor que un pueblo desde el silencio viene desarrollando, además de esperanza, prometiendo ayudas; aparcan sus coches en uno de los pocos lugares ya desbrozados, e inicia la comitiva con los mejores deseos de saludar y animar, además de ayudar, en la ingente obra que el pueblo viene realizando, avistan al primer grupo de personas enlodadas, todas desconocidas, con expresión rígida y fría, además de llenas de barro, y se generaliza un sentimiento de rechazo primero, y de enfrentamiento y desprecio después, escuchando voces como: fuera de aquí, no os necesitamos, venid con pico y pala, sinvergüenzas, irresponsables… las voces, más obscenas cada momento y más fuertes, se acompañaron de amenaza primero, y después de empujones, volando palos sobre las cabezas de los políticos, por lo que el presidente del gobierno, parapetado por unos paraguas, y el presidente de la comunidad autónoma, escondido su rostro, fueron retirados, quedando sólo los reyes, (a pesar de los insultos y la oferta de barro), junto al pueblo, y todo obviamente, amenizado y dirigido, además de gestado previamente, por los enemigos de la norma, los cospiranóicos, los enemigos del derecho, los enemigos de la democracia.
Después de este exabrupto, parece que la UME ha crecido de forma clara, repartiéndose, además de más tareas, más espacio de terreno, así como la policía y la guardia civil, ocupándose además de tareas humanitarias, del orden, evitando o vigilando los enseres de tantas casas abandonadas. Por otra parte, el presidente de la oposición facilitaría una declaración de alarma, aspecto que en principio no ha observado el presidente de la comunidad, y el estado central se ha comprometido en la conformación de unos grupos de trabajo por funciones, en los que participarían junto a representantes de la comunidad.
Apuntar en palabras de Ortega, “el pasado no nos dirá lo que debemos hacer, pero si lo que debemos de evitar”.
Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2024
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