En nuestra sociedad nos encontramos con dos tipos de padres. Por un lado, padres que están a favor de los deberes en casa y por otro, padres que no quieren que sus hijos trabajen más en el hogar, por todo ello nos preguntamos, ¿Deberes sí o no?.

La utilidad de hacer tareas en casa tendría un mayor sentido y efectividad si los niños vivieran en diferentes condiciones. Hoy en día nuestros hijos madrugan en descenso, acuden muchas horas al colegio con gran carga horaria de concentración, tienen poco tiempo de descanso y poco tiempo para su ocio creativo.

El tiempo creativo permite que la mente del niñ@ descanse y evolucione. La idea de salir del colegio (cansados) y seguir trabajando en casa, puede provocar una saturación en estos niños. Puede llegar a generar estrés y somatizaciones que se manifiestan en dolores físicos, desánimo, ansiedad e incluso fobia escolar. ¿Por qué volver a trabajar en lo mismo que han estado aprendiendo en el colegio?.

Hay padres que ven necesario continuar con la tarea en el hogar. Erróneamente piensan que enseñan valores a sus hijos. Valores como responsabilidad, esfuerzo y generar un hábito de trabajo autónomo pero, ¿estos padres están en casa para ayudar a sus hijos en las tareas? En muchos casos nos encontramos a niños solos en casa. Se les impone la obligación de hacer deberes solos. Algo muy difícil de cumplir. Cualquier distracción es suficiente para que un niño retrase el momento de sentarse hacer su tarea. ¿Qué nivel de concentración puede tener este niño?

En los hogares en los que si hay una figura maternal o paternal, nos encontramos con otro problema. Muchas veces se dan casos en los que la exigencia de los padres es aún mayor que la del propio profesor. ¿Qué nivel de saturación tiene ese niño?

La psiquiatra infantil Andrea Aguirre, de la Clínica Universidad de los Andes, sostiene que “lo ideal es que los niños realicen todas las actividades académicas en el colegio. Se debe centralizar el tiempo y el espacio definido para el aprendizaje y el estudio en la escuela, que es el lugar donde los niños deben aplicar lo aprendido, y no quitarles tiempo a los espacios destinados al descanso, juego y relaciones sociales.

En los colegios, los profesores deberían conocer a carga de deberes que ponen el resto de profesores o seguir un método educativo en el que el estudio sea un estudio dirigido. Un estudio orientado por el profesor y con más peso a la parte práctica.

Hasta que la sociedad no sea consciente de la importancia de un niño “libre de deberes”, ¿cómo podemos ayudar a los padres? ¿Dejarán de hacerse la pregunta de deberes si o no?