Ansiedad

tratamiento ansiedad en SantanderLo primero que debe saber es que la ansiedad es una emoción y, como tal, es innata (nacemos con ella). Otras emociones relevantes son por ejemplo, la alegría, la tristeza, la ira, el asco o la sorpresa. Cualquier animal también puede experimentar estas emociones. Ahora bien, lo normal de esas emociones es experimentarlas en ciertas situaciones. Por ejemplo, si se está en una boda, se debe estar alegre, o si se está en un funeral se estará triste.

¿Cuándo es normal experimentar ansiedad?

En una situación de PELIGRO. Cualquiera de nosotros, si nos sitúan delante de un perro peligroso, o por ejemplo una pistola, lo interpretaremos como un gran peligro, y por tanto experimentaremos la ansiedad.

Cuando a una persona le dicen “tú lo que tienes es ansiedad”, lo que se está queriendo decir, es que tiene un trastorno de ansiedad, o lo que es lo mismo un trastorno emocional (recordad que la ansiedad es una emoción).

Lo que le está ocurriendo a esa persona es que está experimentando la respuesta de la ansiedad ante situaciones que en realidad no son de peligro… pero el sujeto sí que ve un peligro. Algo similar sería el caso de alguien que se riera en un funeral. Estaría experimentando un trastorno emocional, porque experimenta una emoción (alegría) ante una situación inadecuada (funeral).

Por lo general, los sujetos que sufren de ansiedad pueden experimentar PELIGRO ante muchas razones como su lugar de trabajo, algún jefe/compañero de trabajo, algún familiar, alguna situación concreta o a las propias sensaciones generadas por la ansiedad por el temor a que algo CATASTRÓFICO ocurra.

Los diferentes trastornos de ansiedad son los siguientes:

* En las clasificaciones actuales la hipocondría no figura como un trastorno de ansiedad. No obstante, estudiando el curso del trastorno y viendo su similitud a los trastornos de ansiedad, no son pocos los profesionales que apostamos por una futura inclusión de la hipocondría como un trastorno de ansiedad.

La ansiedad por lo general hace que vivamos pendientes de que algo ocurra, que nos sintamos “nerviosos” permanentemente y que no hagamos ciertas actividades. El vivir en estas circunstancias de gran incertidumbre, facilita enormemente la aparición de un estado anímico depresivo.