16 Feb 2022
J febrero, 2022

Nos dan asco

Baltasar Rodero

En la soledad de la mañana, cuando el sol busca una rendija para asomarse desde el horizonte, estableciendo una lucha con los nubarrones que nos cubren al nacer el día, sentado para presenciar el acontecimiento, pasó por mi mente un recuerdo ya lejano. Estudiaba bachiller en un instituto, y dentro del mismo curso convivíamos alumnos de diferentes planes educativos, unos eran del 1953, y otros de otros diferentes, recuerdo que un amigo mío, Severino, del que ignoro su paradero, cuando yo acudía a latín con don Gerardo Masa, hombre sobrio, triste, y muy estricto, él acudía a griego, con otro profesor de corte parecido, la dictadura yo creo que nos igualaba a todos, propinándonos un rictus de seriedad, y quizás de contrariedad o rigidez.

No recuerdoel año en el que se aprobó el plan que está en activo, lo que si tengo presente, es la necesidad mostrada por los diferentes políticos del área, buscando el consenso que alumbre aquel plan deseado por todos, respondiendo así al mayor número de necesidades y que jamás se ha podido conseguir, a pesar del esfuerzo que yo entiendo que se ha realizado.

El Sr. Wert, con mayoría absoluta en el congreso, consiguió realizar aquel que respondía más adecuadamente a las necesidades del momento del partido en el que militaba, y el Sr Gabilondo, desplegando una enorme lucha, en busca del mayor consenso entre los dos partidos mayoritarios, no consiguió, a pesar de su experiencia en docencia, formación y conocimiento académico, la unidad de criterio frente a un sistema consensuado.

Yo, como supongo hicieron la gran mayoría de ciudadanos, sentí una enorme pena, parece que estaba la gestación madura y en su punto, y cuando llega la hora del alumbramiento, en medio de una enorme expectativa, se complicó el laborioso proceso, a la vez que se suspendió su nacimiento, seguimos pues a la espera de un sistema que podamos decir que es de todos, que todos lo respetemos y cuidemos, y que sus frutos sean cuantiosos, con la suma sucesiva y permanente de recomendaciones consensuadas.

Esto parece el ideal, el deseo de todos, las esperanzas de todos, algo enormemente importante para la formación de nuestros hijos y nietos, y por ende para el progreso de nuestro bienestar.

Pero ocurre, que la población impresiona que tiene una pasta especial, que en nada se parece al de otras latitudes, somos diferente, distintos, si me permiten añadiría estúpidos e ignorantes, adjetivos que de los que no nos podemos sorprender, y si sonrojar, si tuviéramos algo de inteligencia y sentido común, y ejerciéramos nuestras responsabilidades coherentemente.

Es obvio que existe un total acuerdo al respecto, es normal, que un consenso deba de enriquecer el contenido del sistema conseguido, además todos por separado estamos de acuerdo con este tipo de proceso, si esto es así y lo es, ¿qué es lo que ocurre para no conseguirlo? La respuesta la tendrán que dar los legisladores a la población a la que representan.

Aunque no parece difícil cuando se asiste a la discusión de cualquier tema en el parlamento, y digo cualquier tema, hasta el más insignificante. En estos días, se ha ido perfilando entre los actores especialmente significativos, gobierno, patronal y sindicatos, sectores que representan a los intereses de la totalidad de la población, una nueva ley laboral, después de meses de discusión se alcanzó, superando diferentes obstáculos, un acuerdo por consenso, la población en general se sentía satisfecha y aliviada, jamás se había conseguido un acuerdo unánime de la totalidad de las fuerzas representativas, aunque el resto de fuerzas que en principio se esperaba que votaran de forma positiva, pasaban la gorra, con la expresión “que hay de lo mío”, y otras ni eso, ausentes del tema y despreciando el esfuerzo realizado.

Al fin llega la hora de la votación y solo un error de un diputado, salvó la reforma realizada durante muchos meses, y consensuada por las fuerzas interesadas en el tema.

En estos mismos días, zapeando cuando llegué de la calle, me sorprendió una diputada en la tribuna, era creo de la CUP quien estaba en el uso de la palabra, y trataba de la guardia civil, lo deduzco por la expresión que manifestó, “no nos gustan, no los queremos, nos dan asco, si los quieren Vds. llévenselos”.

Palabras que me sobrecogieron, y mucho más la enfatización de las mismas ,la rabia, ira, y fuego que salía por aquella boca, yo me pegunté como lo haría cualquiera, ¿esto es el parlamento?, ¿esto es el lugar dónde los adversarios, que no enemigos, discuten nuestros asuntos para ponerles luz?

Autor Dr Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2022