Miedo a las sensaciones

miedo a las sensacionesLa sensibilidad a la ansiedad es el miedo o la preocupación por las propias sensaciones físicas que acompañan a la ansiedad —como el corazón acelerado, la falta de aire, los mareos o la tensión muscular. No es tanto la ansiedad en sí lo que asusta, sino lo que creemos que esas sensaciones significan: “me voy a desmayar”, “me está dando algo”, “no voy a poder controlarlo”.

¿Cómo surge?

Suele aparecer después de haber pasado por una experiencia de ansiedad intensa o inesperada. A partir de ahí, el cuerpo aprende a asociar ciertas sensaciones con peligro, y empieza a reaccionar con miedo ante ellas, incluso cuando no hay una amenaza real.

¿Cómo se mantiene?

Se mantiene porque, al intentar evitar esas sensaciones (por ejemplo, no hacer ejercicio, no salir solo o controlar la respiración constantemente), el miedo nunca se pone a prueba. El cuerpo y la mente no llegan a comprobar que, aunque las sensaciones sean incómodas, no son peligrosas.

Consecuencias

Con el tiempo, este miedo puede limitar la vida diaria: se evitan situaciones, se pierde confianza en el propio cuerpo y la ansiedad se vuelve más frecuente o intensa.

La buena noticia

La sensibilidad a la ansiedad se puede tratar con éxito. Con la ayuda adecuada —por ejemplo, mediante terapia psicológica y ejercicios de exposición y regulación emocional— es posible recuperar la tranquilidad y la libertad de hacer vida normal. Si no se aborda, lo más habitual es que esos “problemillas” sigan apareciendo de vez en cuando, manteniendo el malestar.