“Si yo hubiera estado en la presidencia del gobierno en 2022”, hasta claramente expresar, “que es la guerra de Biden”, o “conmigo la guerra habría acabado”, son frases que han venido marcando el itinerario de un prepotente y vanidoso, que se reúne con un autócrata cuando éste quiere; le pone una alfombra roja, se exhibe junto a él, siendo como es un criminal  perseguido por la justicia europea, o tribunal de la Haya, escoltados por bombarderos y aviones de última generación para impresionar, ¿a quién?, ¿al mundo televidente, o al visitante, a quien pretende intimidar?; después de un paseo exhibitorio, pasan a una sala donde hablan y hablan, ¿de qué?, ¿cuál ha sido el tema de su diálogo?, ¿así como las conclusiones a las que han llegado? La impresión es que, de acuerdo con el comentario que al final del encuentro realizaron, sin permitir la participación de los periodistas, es que no hubo acuerdo, ¿o lo hubo?, parece por lo que ha trascendido, que al no suspender los ataques el presidente de Rusia durante el encuentro, incluso  acelerarlo, éste se mantiene fiel al principio de, lo que robe, lo que usurpe, lo que por la fuerza obtuve, es mío, además tiene como referente lo acontecido con la península de Crimea, pero como entonces todo fueron facilidades, se ve con la capacidad de forzar, además de retener para siempre como suyo lo conquistado, imponiendo que Ucrania, jamás entre en la OTAN, y admita la realidad de la conquista o del robo.

Mientras el anfitrión, lambeteando durante el paseo al dictador, alejándose de su habitual menosprecio, a Zelenski y cualquiera, que no sea el presidente chino o norcoreano, que se ponga en su camino, con la cabeza inclinada como signo de asentimiento o de aceptación, le ha vuelto a manosear su espalda, en una despedida en la que faltó aquel beso de Kruschev.

No puede ser, o no debe de ser así, la UE está jugando un enorme papel en el enfrentamiento, se ha situado al lado de Zelenski, le está facilitando apoyo moral públicamente, armamento y dinero, está por otra parte castigando a Rusia con reiteradas sanciones, tratando de mermar su fortaleza económica, y ninguna representación de la EE.UU, ni el presidente del país invadido, han sido invitados al encuentro, algo sencillamente, además de insólito vergonzoso, y que entre otras aspecto mide el peso político de la UE en el mundo.

Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2025