Padres e hijos
A lo largo de dos semanas, he podido asistir a dos situaciones conflictivas entre padres e hijos, por lo que quisiera ordenar unas reflexiones, que nos acercaran al ejercicio más sano, de nuestros deberes como padres. El primero, se trata de la película de la que me habían comentado diversos padres, jóvenes, matrimonios… titulada, “los domingos”, en la que el conflicto se suscita por la decisión de una joven de 17 años, de entrar en una comunidad religiosa de clausura, y en la que se dan diversas opiniones del hecho, dentro del ambiente familiar.
Padre viudo, endeudado, que sólo piensa en el trabajo para mantener a sus hijas, y pagar la hipoteca de su vivienda; abuela más cercana a las tres nietas, pero que mantiene el recuerdo de la nuera como una persona alocada, “por lo que muerta esta mejor”, este pensamiento impregnará su actitud, tiñéndola de cierta frialdad y lejanía frente a las niñas, aunque su responsabilidad le exija el ejercicio de cierta protección; la hermana del padre, de conducta enormemente liberal, agnóstica, de comportamiento poco reflexivo, y heredera de la mitad de la casa hipotecada, en la que viven, su hermano con sus hijas y la madre; surge además un director espiritual, frío y afectivamente lejano, que manifiesta cierta ignorancia a propósito de los conceptos de, apetito carnal y fe; y a estos personajes hay que sumar además, la presencia de un joven muy cercano afectivamente a la joven protagonista.
Destacamos la falta de amor de padre, equivalente a; cercanía, solidaridad, diálogo, complicidad, cariño, seguridad y comprensión… frente a la hija adolescente, como la causa principal de la incertidumbre de esta, y en ocasiones la desorientación de la joven frente a su futuro, así como la ausencia del amor y protección del padre, en el momento que más se le necesita, que es en el correspondiente a la definición de su identidad, que marcará su futuro para siempre. Envolviendo a todo, y la joven carente de afecto y en consecuencia desorientada, surge la acusación explicita de egoísmo hacia la joven, que impregna todo el ambiente, y con ello la conciencia de culpa de ésta que incrementa su aturdimiento, con explosión emocional final. Quedémonos, amén de con la óptima construcción de la película, como enseñanza, con el protagonismo que los padres han de tener en la vida de sus hijos, con su solidaridad y protección, amor y complicidad, con su atención y cariño, con su diálogo amable y comprensivo… en definitiva, con su permanente regalo.
El otro caso que quería comentarles, es relativamente frecuente en este primer trimestre de curso; después de un esforzado y escrupuloso discernimiento, en el que han participado toda la extensa familia, un joven matriculado en una ingeniería en Santander, laborioso y responsable, siente que no está en el lugar que le corresponde, otros compañeros le comentan lo que hacen, y discuten entre todos, además de las materias objeto de estudio, de las posibles demandas en un mercado tan cambiante; además tiene compañeros y amigos en Madrid, donde la oferta universitaria es más rica y diversa, él, inteligente y pragmático, reflexiona, de tal forma que comunica a sus padres el deseo, de matricularse el próximo curso en Madrid, aquí no imparten el área de conocimiento que desea, y el razonamiento es que: no se siente a gusto, no le gusta la materia, ha perdido por ello la ilusión, porque visto desde dentro los contenidos a estudiar, se siente tan aburrido como estéril. Los padres no lo comparten, entienden que ha tenido mucho tiempo para pensarlo, que lo que está haciendo tiene su interés, y que lo eligió él, que nadie le obligó, y con esta situación acuden a consulta, porque su desorientación es grande, y en el fondo quieren ayudar a su hijo.
Después de la presentación de los pormenores que he resumido, les hago ver qué; su hijo es responsable y trabajador, de tal forma que hasta la fecha ha sido un estudiante ejemplar; que él con la información que tenia, se inclinó por la matrícula actual, pero que la entraña de los textos desde dentro, no se corresponden con lo previsto, es más feo y desagradable y no le estimula, además parece que la salida al mercado laboral es muy difícil, por lo que ha decidido, esperar e iniciar otro área de conocimiento, más y mejor pensada. Rogándoles que, en base a su trayectoria educativa, mi opinión es la de permitírselo, e incluso acompañarle en todo.
Tenemos que recordar que, los hijos vienen a través nuestro pero que no nos pertenecen, sin embargo los padres no dejan de serlo jamás, y su protección, solidaridad y cariño, han de persistir hasta el final de la vida.
Fuente Dr Baltasar Rodero, Psiquiatra, Noviembre 2025.

