De entrada, hemos de dejar claro, que el cannabis es una droga, con todas la propiedades propias de este tipo de sustancias; dependencia, adicción, provocación de alteraciones físicas y psicológicas, evidenciando que es una falacia la clasificación de, drogas duras y blandas. Todas son sustancias psicoactivas, que actúan sobre el cerebro, y presentan síndrome de abstinencia y de dependencia, por lo que no puede ser aceptada la banalización, con la que en ocasiones se habla del cannabis como flor inocua, en este caso su consumo puede tener repercusiones muy graves.
Actualmente, el cannabis es la droga que más se cultiva, trafica y consume, situándose por encima de la cocaína y de los opiáceos. La consumen en el mundo alrededor de 150 millones de personas, y sigue creciendo su consumo, reconociendo, que no solamente no es banal, sino que afecta especialmente al desarrollo cognitivo de las personas; memoria, atención, razonamiento, a las funciones intelectuales superiores, a la función psicomotriz… pudiendo provocar lesiones respiratorias.
Hemos de manifestar que el riesgo cero no existe jamás, puede una persona normal fumar un primer canuto, y sufrir un ataque de pánico, no se nos puede olvidar, que es una sustancia que llega y activa al cerebro. Hace pocas fechas en un congreso en Granada, se ha intentado discutir, sobre dónde situar el límite de un consumo peligroso. Lo primero es que el punto de inflexión, a partir del cual poder presentar un problema mental o físico, crece exponencialmente. Para el alcohol le situamos en, 20 gr para el hombre, y 10 gr para la mujer, y en los que se refiere al cannabis, se situó en cinco porros a la semana.
Junto a la dosis de consumo, hemos de tener en cuenta su frecuencia; en España, lo consumen diariamente 3,7 millones de ciudadanos, patrón de consumo que es muy elevado, por lo que las conductas de riesgo son muy frecuentes. Por otra parte es muy interesante saber, qué cantidad de THC se consume, aunque es cierto, que normalmente se desconoce la pureza de la sustancia que se consume, pero a mayor pureza de THC, mayor cantidad de problemas, pudiendo asistir a la presencia de brotes psicóticos, o de esquizofrenias.
Es cierto que no a todos los ciudadanos les afecta de forma equivalente, entre otros factores depende de la hora de comienzo de consumo. Significamos primero, al cerebro de un niño adolescente, que aún no está maduro, y por ello es más vulnerable, provocando alteraciones cognitivas… Además, del colectivo de personas vulnerables, formado por todas aquellas personas, que sufran alguna enfermedad física o mental, en las que las defensas están disminuidas, así como mujeres embarazadas o lactantes.
La peligrosidad del consumo de cannabis expuesta, hay que sumar sus beneficiosos efectos, en dosis y pautas adecuadas, para determinados cuadros patológicos, es una práctica legal cada día más reconocida y extendida, que en nuestro país sin saber porque, va cargada con cierto retraso. Se discutió en comisión en el Congreso en junio del 2022, y se llegó a la conclusión, sabiendo del beneficio que en ocasiones puede aportar, de presentar las conclusiones al respecto al finalizar el año, esto no ha sido así, llevamos tres meses de retraso sin saber porque.
Actualmente se sabe que el campo de la oncología, algunas formas de epilepsia, pacientes con esclerosis múltiple, pacientes que por causa de la quimioterapia sufran nauseas o vómitos, el campo del dolor crónico, tan extenso, y que provoca graves sufrimientos, la endometriosis… son cuadros patológicos, que podrían beneficiarse de una terapia con cannabis.
Dada la importancia y significado del producto, se podría iniciar una terapia centralizada, con referencia hospitalaria, siendo la farmacia de éste, la que controlase en principio la dispensación del producto, y se responsabilizará de su control y vigilancia, ello permitiría una comunicación fluida entre terapeuta y farmacia, para en un paso posterior, y conociendo mejor la mecánica por una parte, y por otra el producto con respecto a su dosis y efecto, pasar a ser dispensado en las farmacias, obviamente con las medidas cautelares preceptivas.
La diversidad de patologías beneficiadas, tienen en común un enorme sufrimiento para el paciente; no es de extrañar, que los pacientes sientan una profunda ansiedad, ante la dilación del programa planteado, para su puesta en funcionamiento, que debería ser a principios de este año, es conveniente en nuestro criterio, como acto terapéutico, el aliviar el sufrimiento a la persona que sufre, aunque ello conlleve algún efecto secundario, pero los beneficios que supone su aplicación, superan los efectos no deseados, que pueden presentarse.
Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2023
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