03 Ene 2019
J enero, 2019

Carta a los Reyes Magos

Baltasar Rodero

Desde siempre, que quiere decir desde que la conciencia me acompaña, me he venido dirigiendo a Vuestras Majestades por carta, solicitando favores que en buena parte me habéis concedido. En noviembre, comenzó mi zozobra, frente a las dudas de pedir una u otra cosa, perfilando mi decisión definitiva, en el mes de diciembre.

Eso sí, cada día, o mejor cada año, las peticiones las he ido acomodando a las necesidades, deseos, o fantasías del momento, creciendo en este momento las dudas, porque la posibilidades han lentamente aumentando en número, en calidad, forma de presentación y en importancia individual y colectiva.

Hoy me permito, además de pensar en mis deseos específicos, en la situación y en consecuencia en las necesidades, de las personas que nos rodean y que son noticia permanente por sus desgracias, en nuestros medios de comunicación.

El paro, es quizás el azote más grave que sufre nuestra sociedad, su incidencia es muy alta, especialmente en jóvenes de entre 25 y 35 años, edad de ímpetu, de empuje, de explosivas vivencias, de lucha por encontrar una situación, desde, donde sentirse seguros. Es,  igualmente grave, en los mayores de 50 años, desde cuya  edad es difícil el comienzo de cualquier tipo de formación, pensando en una recolocación. Por otra parte, el trabajo nos proporciona  identidad y libertad, además da sentido a nuestras vidas,  ingredientes necesarios para el disfrute de cierto bienestar.

Como consecuencia de la falta de trabajo, cada día son más las familias  con escasez, a la que se suman  limitaciones de todo tipo, incluso la desgracia del desahucio o destierro. Una renta básica, en determinadas situaciones de limitaciones familiares, complementada con una efectiva ley de protección de la dependencia, es esencial para la deambulación digna de una bolsa importante de población.

La escolarización universal obligatoria, con apoyo especial para los niños de  cero a tres años, el apoyo de una formación cívica de principios, cuyo fundamento sea   el respeto y la solidaridad con el otro. El apoyo económico del joven que vale, que es como decir que trabaja, que se esfuerza, que disfruta del conocimiento, porque el 98% valemos.

La armonización o ensamblaje entre la oferta y la demanda, que prohíba la formación  de universitarios para que trabajen para el extranjero. Un paso en este sentido sería el apoyo a la F.P, cuyas prácticas empresariales serían una orientación y filtro que, nos señalara nuestro camino. Se hace cada día más necesario la introducción desde los primeros cursos, del idioma inglés ,como obligatorio y protocolizado.

La sanidad ha de ser universal, nadie que viva entre nosotros ha de quedar desatendido, es un obligación moral,  dado que somos un área de referencia mundial  que provoca enorme atracción. Las externalizaciones que se iniciaron hace más de cuarenta años y las gestiones privadas de lo público, agilizan la gestión, incrementa la flexibilidad y aumentan la eficiencia, siempre que los fundamentos sean inteligentes y públicos.

La política o mejor el político, ha de aceptar un cambio,   dar un cambio.  Primero debe de ser un individuo preparado, con cierta base cultural, además de con habilidades específicas, no puede ni debe de ser un representante público, una persona cualquiera, como ocurre en cualquiera otra profesión, el aspirante ha de estar en posesión de cierta formación, siendo su única preocupación la gestión de lo público, no la de opinar generalmente de forma despectiva del otro. Un control del relato de la mayoría de los políticos de primera línea, nos permitirá evidenciar que más del 87% del tiempo del mismo, lo dedican al insulto de sus contrincantes, y el 13% restante, a la exposición de sus propuestas.

Se hace necesario, incluso vital, más seriedad, más rigor, más adecuación, y mucho más autocrítica. Escúchense, visionen sus vídeos, y observarán que lo que transciende de sus intervenciones es que el otro, es el que se equivoca, cuando lo que han de transmitir  es su opinión o iniciativa a propósito de tal cual asunto. Váyanse si no lo entiende.

Más allá de nuestro específico pueblo, quizás lo más importante por lo dramático sean las migraciones. A nosotros nos llegan fundamentalmente, los individuos que huyen de los diferentes países africanos, con regímenes políticos inestables o en guerra, y por ello con dos enemigos fundamentales, la pobreza y miseria, y la persecución. La respuesta que se da es sencillamente vergonzosa, ruborizante, sabiendo que los necesitamos, además de que son personas, no somos capaces de ordenar su llegada, provocando un incremento del populismo irresponsable  y degradante  destructor, a la vez de un enorme cementerio en el mediterráneo.

Ocurre algo parecido en Asia oriental, con poblaciones con alto índice geriátrico, pero con el agravante de que la señalización de las castas es más grosero y brutal, y en América, donde el empobrecimiento fruto de la incultura, es antinatural, fruto de la pésima gestión de lo público. 

Como final, un deseo mayor, las naciones como los pueblos e individuos, se mueven por intereses, y es lógico, pero cada día asistimos a una mayor radicalización de los mismos, para lo que se diseñan bloques de presión, y además sus intereses se mezclan, con lo que en ocasiones pueden ser  ilícitos, pero generalmente son, bastardos, esterilizadores o  atomizadores, de las sociedades, es como una niebla de barro sucio, que nos empaña, para no ver la desgracia, la destrucción y el avance de la carcoma.   

Perdonen sus majestades que me haya extendido demasiado, pero son mis objetivos para este año,  que no responden a un egoísmo o capricho personal, sino a la situación de precariedad e insensibilidad social en la que vivimos. Espero, sean generosos como siempre lo han sido.

Fuente: Baltasar Rodero. Psiquiatra. Enero 2019.