10 Ago 2023
J agosto, 2023

El silencio

Baltasar Rodero

El silencio es, la extinción del habla, o la abstención del relato, también puede tratarse de la ausencia de ruido en determinadas circunstancias, es frecuente en la música como equivalente a una pausa o a una nota fallida, se da igualmente y con frecuencia en una sociedad hipercomunicativa, y le denominamos silencio administrativo. Podemos apuntar que el silencio en ocasiones se impone como castigo, pensemos en una clase ruidosa, como puntual castigo de un profesor en determinados momentos, y de forma especial en cárceles, donde la reclusión en ocasiones lleva implícito el silencio. También puede ser deseado o buscado, pensemos en algunas comunidades religiosas, cuya doctrina exige la mayor parte del tiempo de convivencia el silencio más absoluto. Quizás el silencio más llamativo, es el que forma parte de la comunicación, esta jamás es rectilínea y monologada, en ella van implícitos los tiempos de escucha, por lo que los silencios son imprescindibles, siempre que se desee un entendimiento, exponemos nuestros argumentos y en silencio escuchamos los de los otros.

El silencio puede tener diverso colorido, no es lo mismo un silencio entre enamorados, que en ocasiones manifiesta inmensas y maravillosas fantasías, que el silencio fruto de la imposición de los padres, donde se aprecia contrariedad o rabia, o el silencio en una manifestación como homenaje a una persona violentada, en el que se vive un profundo dolor, o aquel que observamos frente a un amigo que nos ha traicionado, ante el que nos sentimos dubitativos, o frente a unos padres en un velatorio que han perdido a su joven hijo. En términos generales, resulta cuanto menos muy difícil tolerar el silencio mucho tiempo, de tal forma que muchas personas cuando en ocasiones están solas en casa, conectan su T.V o la radio, para sentir de cerca algún tipo de contacto, y es que el silencio implica soledad, la nada, e incluso la muerte.

El silencio tiene pues un determinado poder, poniéndote en contacto con la vida o acercándote a la nada, aunque no se vive de la misma forma en las diferentes culturas, en el oriente el silencio es activo, quien calla tiene el poder, y el que habla es esclavo de lo que dice, en occidente sin embargo, y especialmente en esta época de la intercomunicación no es fácil ni entender ni compartir el silencio, todos participamos, pisándonos en el relato en las diferentes tertulias, tengamos o no que decir algo apropiado, todos salimos a la plaza del pueblo para provocar nuestra presencia, las fórmulas son lo de menos, aunque sean inadecuadas, el objetivo es manifestar que estamos presentes.

Es normal pensar, que el silencio se corresponde con espacios vacios de contenido, que son incluso estériles o esterilizadores, al no aportar nada a la comunicación verbal que sea visible, aunque en el fondo es todo lo contrario. Permite primero, tomar una pausa para escuchar al otro, para que pueda exponernos sus opiniones, a la vez que nosotros tenemos tiempo de filtrar lo que acabamos de escuchar, y ello conjuntamente enriquece todos los tipos de mensaje, siempre que se den estos espacios, con tiempo y templanza, son por ello ricos en contenido, incluso imprescindibles en el relato, de no ser así, éste no existiría, o de existir seria una imagen del mismo.

Por otra parte en nuestra cultura, que muchos denominan cultura del ruido, tiene mala imagen, pues todos estamos abonados a la comunicación, aunque nos impresione de esencial casi de vital, para estar a la altura del otro, incluso para la búsqueda de este fin le incrementamos el tono, lo importante es decir aunque no se tenga nada que decir, estar, manifestar que somos, no pasar desapercibidos, aunque sea representando algo absurdo, tedioso, insulso, insultante, y en ocasiones resulte ofensivo y desagradable, pero estamos y somos, y es que en el fondo nuestra sociedad no tolera el silencio, o le tolera difícilmente, porque no está bien visto.

El silencio en ocasiones cobra un valor supremo, acudimos atraídos por una desgracia, el perjudicado se siente destruido, roto, ausente, sin fuerzas, con deseos de desaparecer, ¿qué decir?, nada, sería la mejor solución, acompañar y esperar a que él exponga, manifieste su dolor, acompañarle, hacerle saber que estamos a su lado, y que compartimos su situación, que la entendemos, que conectamos con sus sentimientos, y este mensaje se manifiesta a través del gesto, discreto, triste, expectante y comprensivo.

En terapia es pues imprescindible el silencio, la pausa, acompañada del gesto de cercanía y comprensión, fomenta como hemos indicado la reflexión, antes de iniciar el discurso hemos tenido tiempo de pensar, de repasar nuestro mensaje, de examinar lo que queremos decir, entraña de nuestro problema.

Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2023