10 Oct 2022
J octubre, 2022

El transcurrir de la vida

Baltasar Rodero

Uno de los días de este repetido veranillo de San Martin, he aprovechado junto a unos compañeros, para acercarme a mi ciudad, al lugar donde se desarrollo mi vida educativa y formativa, donde nacieron mis primeras relaciones sociales, donde fui creciendo como persona social, haciendo primero el bachiller, más tarde la licenciatura en medicina, y posteriormente la especialidad en psiquiatría, Valladolid. Es un tiempo imborrable, porque él fue sin darnos cuenta, formándonos como seres, como personas que aprenden a convivir, y del que se podrían describir muchas anécdotas, generalmente tropezones que te aúpan, para seguir más lejos.

Como en algunas muy lejanas ocasiones, al disponer de tiempo, me acerqué al campo grande, le encontré cuidado y más funcional, han crecido con buen criterio los espacios para peatones, de tal forma que, se mueven las personas con mayor grado de libertad, siguen los bancos donde en ocasiones nos escapábamos para empatizar chicos y chicas, los mismos árboles, y de forma especial los pavos reales, amén de otros aves menos singulares en mi criterio, como la temperatura era agradable, me senté con el compañero que circulaba junto a mí, y en silencio se fueron acercando tres pavos reales,… que belleza de plumaje. ¡¡Qué majestuosidad, que andares, que movimientos, que miradas, que posturas tan diversas, y que hermosura en sus giros!!

Sin darme cuenta, y por la ley de asociación de ideas, comencé a recordar a mi nieto mayor, 14 años, y a su grupo de amigos, de singular elegancia, estilo, mirada, y movimientos, incluso cuando juegan al futbol, o tenis sus juegos favoritos, encontrando ciertas similitudes con el pavo real, como cualquier adolescente que camina en busca de su identidad. De forma simultánea como signo de vejez recordé mi adolescencia, en medio de esa confusión poco ordenada de ideas, y observé que en nada guarda parecido a la que actualmente viene desarrollándose.

Nosotros íbamos a la peluquería, si la había en el pueblo, es decir si no te cortaba el pelo la madre, la hermana, una tía…, cada dos meses, siempre lo cortaban mucho, pues ello posibilitaba una buena limpieza, poniendo difícil el reposo de los piojos, el corte era simple, de tal forma que cualquiera podría ejercer la profesión de peluquero. En el momento actual es un ritual que describen muy bien las aves, crestas, moños, pelo largo, corto, con dibujos, tintes, con una, dos o más rayas, a modo militar, es una obra de arte de la que el adolescente presume, disfruta, y rivaliza, apoyados por las compañeras, al comentar que tipo de corte le va a su nariz, frente, labios o cara en general, es un acontecimiento celebrado.

Si pasamos a las prendas que cubren el tórax, las hay de todas formas y colores, priorizando las sudaderas, cuyos modelos responden a la cantidad de casas de deporte, cada uno con su línea, con sus colores, con sus adornos específicos, más estrechos o anchos, más largos o cortos, con o sin botones, con o sin cremallera, cuello alto o bajo, tanto surtido y tan diverso se expone en escaparates, donde los jóvenes van de compras, visitan los escaparates primero, discuten lo que han visto, y después entre el grupo elijen, es de una riqueza y variedad esterilizante.

De igual forma ocurre con los pantalones, aunque aquí se nota más las modas, es curioso presumir de calzoncillos, el pantalón, cuya cintura se sitúa en ocasiones, por debajo de donde nacen las extremidades inferiores, dejan ver, con total claridad la cintura del calzoncillo, así como su marca, creo que no es fácil andar de esta forma y menos correr, pero lo consiguen, y con ello el pantalón cae más, y el calzoncillo se llega a ver casi en su totalidad. Lo de los pantalones es aparte, parecen en su mayoría recogidos de un basurero de la India, andrajosos, sucios, pintados, llenos de rayas, rotos y rasgados, incluso haciendo alguna figura, con o sin bolsos, colgando del cinturón, que bien parece una cincha, los enseres necesarios para el paseo, con los colores más diversos. También los hay cortos en condiciones parecidas, que puestos en chicas, al medir longitudinalmente centímetros, se los tiene que poner con calzador.

Del calzado, se dan excursiones de jóvenes para ver los últimos modelos, los hay de todas las tendencias, más anchos, con punta, romos, con piso de tres o más capas, de colores los que se quieran, incluso se da la circunstancia que han nacido colores de las diferentes combinaciones, y todo ello adornado con los más diversos tatuajes.

 

Fuente Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander, 2022