21 Jul 2022
J julio, 2022

La duda

Baltasar Rodero

En ocasiones vacilamos ante una noticia que nos llega desde cualquier lugar, o frente a un hecho que nos comentan, o ante una circunstancia que envuelve cualquier acontecimiento, todo ello responde a una falta de certeza, naciendo así un estado de incertidumbre. Ello conlleva un límite de confianza, pues al dudar no se cree.

Puede en ocasiones implicar la suspensión de una acción, no creo, y como consecuencia paralizo el proceso, o puede ser fuente de conocimiento por la reflexión, acercándonos de esta forma al encuentro de la verdad, se trataría de abrir un paréntesis, que nos permita reflexionar, y con ello encontrar el significado que busco.

La duda siempre implica incertidumbre, inquietud, un estado de lucha interior, de disconformidad, que encierra cierta inestabilidad, de aquí que suponga en ocasiones un acicate para la búsqueda de la verdad, y nos exija pasar a la acción. Me comunican algo que recibo con recelo, confronto con el interlocutor, pasando a la acción en la búsqueda de la verdad.

La duda es un estado, cuya presencia es permanente en nuestra vida, al existir, generalmente siempre, más posibilidades frente a cualquier acción, lo sabe bien el ama de casa cuando piensa en el menú del día siguiente, o cualquiera al comprar una prenda, que color, diseño o talla me irá mejor, o cuando se trata de elegir el itinerario de nuestra formación superior, o cuando nos acercamos a una ciudad por primera vez, todos nuestros actos están impregnados de dudas, que siendo normales, nos van a permitir un diálogo interno, llegando a concluir aquello que más nos satisface.

La duda puede ser espontánea, se suscita bruscamente, o previa a la acción de elegir, o puede ser diferida suscitándose después de dar una solución a un acto concreto. Me comprometo en la compra o venta de algo, o en el comienzo de un determinado trabajo, y una noche de almohada, me concreta la totalidad de la acción y sus consecuencias, que en principio desapruebo, suspendiendo el acto concertado.

La duda en el campo filosófico, supone la fuente de la búsqueda de la verdad como objetivo. A René Descartes se le llamó el filósofo de la duda, su lucha consistía en alcanzar desde la duda, el conocimiento, a través de un camino de lucha interior, lleno de interrogantes. Es como un instrumento de indagación.

Descartes sigue el método radical o cartesiano, que consiste en dudar de todo, hasta llegar a encontrar la verdad absoluta. Como contrapunto, se puede dar en el derecho, la duda razonable, cuando la prueba no es plena, o el beneficio de la duda, dado que en derecho la culpa ha de ser probada.

La duda supone un paréntesis en nuestra actividad, o un alto, que permite la reflexión y la búsqueda de la verdad, es pues una actitud filosófica por excelencia, dado que su objetivo es encontrar la verdad.

No obstante, en la cotidianidad, no está aceptado, ni tampoco bien visto, hacer un paréntesis frente a nuestro interlocutor, hasta encontrar la verdad, esto se calificaría de inoportuno, y propio de personas dubitativas e inseguras, aunque Ortega defendía desde su cátedra, que dudaran de sus palabras.

Ocurre que queremos porque necesitamos certezas, de tal forma que Descartes ponía en duda todo, hasta encontrar la seguridad, al 100%. La verdad nos da seguridad, por eso la necesitamos y la buscamos, Nietzsche, decía que toda la convicción es una cárcel, al liberarte de dudas, de aquí que nos aferremos a las grandes ideologías, donde nos afirmamos en nuestras seguridades mediante comportamientos dogmáticos, desapareciendo el malestar fruto de la inseguridad, lo malo es cuando se demuestra su falsedad, la inseguridad es enorme.

En ocasiones bajamos el tono de la intensidad, y pasamos de la duda a la sospecha, es un término más suave, que permite un mayor grado de flexibilidad, aunque quizás responda más al deseo de la comodidad, de no reflexionar, evitando el esfuerzo, pero nos perdemos el placer de pensar, de reflexionar, quedándonos en la duda.

La reflexión, es como un diálogo interior de carácter terapéutico, por el que vamos desbrozando, todas nuestras iniciativas, hasta llegar a la luz. Sócrates, hijo de una partera, decía que tenia el mismo oficio que su madre, ella mostraba a los niños por primera vez la luz, él, mostraba a sus alumnos a través de sus ideas, la luz de la libertad, y es que no hay posible curación sin pasar por el sufrimiento, ignorarlo nos incapacita.

Desde muchos rincones se ensalza la duda, como poder, como valor del pensamiento frente al sentimiento, Victoria Camps. Popper desde la teoría de la falsabilidad o racionalismo crítico, se plantea la labor del científico, como falseador de la teoría, a la que cuestiona permanentemente, esto le exige avances en la ciencia, al conseguir la sustitución de la misma, por otra más completa.

La capacidad de pensar, es fruto de nuestra existencia, como de su revisión, solo así se puede llegar a la verdad, si te quedas en el pensamiento, su crítica puede ser arrastrada por el fanatismo cada día más rígido y excluyente, al ofrecerte una falsa seguridad.

Fuente Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2022