19 Dic 2022
J diciembre, 2022

La necesidad de un cambio

Baltasar Rodero

Una mirada retrospectiva en el tiempo, cuyo comienzo se sitúe en la implantación de nuestra democracia, nos permitirá observar, que por el deseo de conseguir una aceptación mayoritaria de nuestra Constitución, los partidos nacionales hicieron excesivas concesiones a los nacionalistas, consiguiendo con ello permitirles un protagonismo, en la gobernabilidad del País, que no les correspondía. En base su número de diputados, al permitirles que sus votos sean imprescindibles para conseguir mayorías, pudiendo obtener con ello, importantes prebendas, beneficios o ventajas.

Esto ha ocurrido desde el nacimiento del estado constitucional, y sigue cada día más claro, y trasparente, además de normalizado; se han sabido ganar un lugar de lujo, desde cuyo anfiteatro, observan, estudian, escrutan y vigilan, y se venden al mejor postor, esto es lo que ocurre en la connivencia de todos los partidos, sin que ninguno de los dos partidos nacionales mayoritarios, se atrevan a estudiar algún tipo de alternativa.

Pero es la vitalidad de estos dos partidos, lo que nos interesa a la mayoría, son los que sus objetivos se sitúan a lo largo y ancho del estado, los que su acción llega a todos los rincones, los que tienen en cuenta a cada individuo, esté donde esté, y viva donde viva; sin embargo, por la codicia de mandar, por el deseo de situarse en el estrado, por el sueño de sentirse en el vértice del mando, son ellos, los que proponen y solicitan la participación de los minoritarios, siempre dispuestos a colaborar a cambio de un peaje o tributo.

Esto no puede ser, los ciudadanos no debemos de permitirlo, nadie tiene más derechos que el resto de población, la equidad, la justicia, los derechos y obligaciones para con el Estado, son iguales para todos los ciudadanos. Es algo fácil de entender, y de compartir, por todos los que estamos a nivel nacional, situados en el centro, bien sea más de izquierdas o de derechas.

Tengo en ocasiones la impresión, que no hemos superado las guerras Carlistas, tres guerras en cien años, además de los continuos pronunciamientos habidos entre las mismas, hemos olvidado el abrazo de Vergara, incluso como el rescoldo de estas, se extendió hasta la guerra civil, defendiendo los mismos intereses, recordemos, la falange española tradicionalista y de las JONS, da la impresión que no hemos progresado, en lo que se refiere a la estructura y organización funcional del estado.

Que los partidos nacionales se enfrenten, hasta límites inaceptables, no es prudente, pero que la responsabilidad de este enfrentamiento, se enraíce en la falta de entendimiento de los mismos, es cuando menos penoso, y que por esta rendija penetren fuerzas que no defienden a la globalidad del Estado, obsesionándose con una parte del mismo, hasta preconizar separarle, es sencillamente inadmisible.

Jamás es tarde para rectificar, nunca es tarde para cambiar de dirección, lo hemos visto hace unos días en China, surge la pandemia, no sabemos cómo, la respuesta sanitaria elegida por ellos es, “covid cero”, para lo que han ido tendiendo jaulas a la población durante años, hasta que una catástrofe les despertó, y han elegido el cambio, aceptando lo que se viene haciendo en los países democráticos, “han sabido cambiar”.

Se hace necesario y urgente el cambio, en principio se puede realizar, en las primeras cuatro legislaturas, prolongándolo después si se considera necesario, gobernará el partido de ámbito nacional que más votos obtenga, contando con el auxilio del otro, y desde esa posición, comenzar a estudiar los cambios constitucionales, y de forma especial la ley electoral, buscando no solo no perjudicar a nadie, sino favorecer a cada uno de los ciudadanos del Estado.

Hasta ahora hemos vistos, que ambos partidos han necesitado los escaños del nacionalismo, y hasta ahora se ha repetido la misma historia, el pago de un portazgo, con la pesadumbre e hipoteca del que pacta, y la protesta e irritación del que queda en la oposición, cualquiera diría que ambos se sitúan en un estado de insatisfacción, uno de protesta externa y el otro en el dolor, por la cesión exigente a un partido muy minoritario, siendo al final  los paganos, todos los ciudadanos.

Los ciudadanos, hoy fanatizados por el contagio emocional del sentir y hacer, de los dirigentes de sus respectivos partidos políticos, que hoy patrimonializan, unos, la bandera, el poder y la verdad, y los otros, las libertades, el progreso y la igualdad, estoy seguro que lo agradecerían, su renovada concepción de la verdad, les permitiría aprender a saber estar y ser con los demás, desde el respeto, básica lección de democracia, porque LA VERDAD SIEMPRE ESTÁ EN LAS MAYORÍAS, NOS GUSTE O NO.

Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2022