30 Jun 2022
J junio, 2022

La salud

Baltasar Rodero

Es un aspecto de la vida, cuyo sueño por alcanzarla es unánime, nadie lo discute, nadie lo pone en duda, todas las personas normales la definimos como el mayor de los  bienes que el individuo puede alcanzar. Es el estado perfecto y equilibrado del individuo, un estado de bienestar absoluto, físico, mental y social, un estado en el que nos encontramos en homeostasis con la naturaleza en su totalidad, amén de con los diferentes ciudadanos, y seres con los que nos rodeamos.

Tiene un protagonismo especial, en las diferentes conversaciones que mantenemos con los demás, en ausencia de ella, nadie podría realizarse como ser humano, desde la totalidad de sus sentidos, por esto es un bien a cuidar, un bien casi sagrado que requiere la mayor atención, y la máxima cercanía, pero que solo en determinadas ocasiones lo entendemos y aceptamos, especialmente cuando la perdemos, cuando nos abandona, y comenzamos a sentir o a ver el mundo deformado, y con una especial tensión e incluso agresividad, repitiendo las expresiones no puedo, quisiera pero me falta algo, no puedo realizar tal o cual cosa, y tengo que quedarme en casa, o lo peor, sufro una enfermedad incurable.

Si por cualquier circunstancia, hemos sufrido algún desgarro en nuestro camino, dependiendo de la gravedad de éste, el recuerdo de la salud, su importancia, su necesidad para ser y estar entre todos, se hace insistentemente presente, prometiendo entonces, que en el futuro seremos más cuidadosos, estaremos más pendiente de la salud, y trataremos de evitar todo lo que incida de una forma negativa en ella, además de que cuando la recobremos sabremos disfrutarla, más y mejor.

Pero esta reflexión se olvida pronto, y es lógico, la vida sigue y requiere esfuerzo, trabajo, movimiento en todas las direcciones, para mantener el ritmo propio de cada uno, ello nos indica, que se volverá a perder, o a poner en riesgo, y el proceso se repetirá, por lo que de esta situación podremos sacar dos importantes conclusiones.

Una es la derivada de los autocuidados, y la otra del respeto a las normas que la administración dicta para mantener y mejorar la salud. La higiene personal, la dieta, la actividad física, y los hábitos saludables, son bienes que bien podemos declarar base para una prolongación de le expectativa de vida. La instalación del agua corriente en los domicilios, la educación sanitaria que nació con la escolarización obligatoria, la dieta que ocupa un lugar preeminente, y la actividad física nacida de la planificación del ocio en la era industrial, han dado en su conjunto un vuelco a los conceptos cualitativos y cuantitativos de la vida, haciéndola, más grata, placentera, divertida y larga.

Las administraciones, sabiendo que la salud mejora la productividad, y ésta el producto interior, han apostado por mejorarla, mediante la creación de sistemas integrados, y articulados de salud, dotados con personal cualificado, tecnología de nueva generación, tratando de prevenir la enfermedad y curarla, evitando bajas laborales o accidentes de trabajo, además, en estos programas de salud, se ha integrado la investigación básica, que tanto bien viene ocasionando a la humanidad, recordemos simplemente el significado de la vacunación, con el rescate de tantos pacientes habitantes de las U.C.I.S.

Por otra parte, esta actitud de la administración, es un factor importante de equidad económica, por la redistribución de la renta que supone, por lo que se hace necesario, que adquiramos conciencia de que la salud está, en relación directa con la riqueza de un país, amén de con la redistribución de la renta del mismo.

Por todo ello, el individuo ha de ser responsable, frente a los demás, y frente a la administración, de sus propios cuidados, es necesario que comencemos a pensar en atendernos, hemos de pensar en nosotros como pensaríamos en un familiar que nos visita, cuidarle, agasajarle, atenderle, además de realizar una vida ordenada, equilibrada en todo, especialmente en la dieta que no tiene porque ser cara, además de la higiene del sueño y del resto de actividades a desarrollar, en el tiempo libre,  incluido el tiempo  de trabajo.

La administración ha de tener en cuenta, el ahorro en bajas laborales y en cuidados sanitarios, si dispone de un buen servicio de salud, bien articulado, en el que la parte preventiva tenga su peso específico, con una inmediata atención, que se puede realizar si se subraya la educación sanitaria desde las escuelas, y acuden a urgencias sólo aquellas personas que lo necesitan, además de apoyar la investigación básica hospitalaria, que permita ir consiguiendo terapias para aquellos procesos hoy  desconocidos.

Fuente Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2022