29 Dic 2014
J diciembre, 2014

Psicologo Santander. Lotería y psicología.

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¿Realmente es uno más feliz cuando gana el gordo de la lotería?

Conservador, no deja su trabajo y empeora su salud física, aunque no la salud mental. Ese podría ser el destino de los premiados con el Gordo de la Lotería de Navidad. Desde la economía hasta la psicología, muchos han estudiado por qué se juega a algo con tan pocas probabilidades de ganar como es la lotería y, en caso de hacerlo, cómo afecta a la vida de los afortunados. Sus conclusiones no son como para descorchar una botella de cava.

El Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad es algo único en el mundo, por su popularidad (hasta el 80% de los adultos juegan directa o indirectamente) y por el simbolismo que lo rodea. Aunque hay muchos estudios sobre por qué se juega a la lotería en España, apenas hay trabajos (ver más abajo) sobre el destino de sus ganadores. Sin embargo, la ciencia sí ha investigado fuera de España.

Lo de dejar de trabajar es una de las frases más recurrentes entre los que sueñan con ganar un gran premio. Pero, en realidad, pocos lo hacen. El estudio más amplio sobre cómo afecta un boleto premiado a las ganas de trabajar, lo realizaron dos investigadores suecos hace unos años. En Suecia las dos modalidades de lotería oficiales, una gestionada por el partido socialdemócrata, tiene una doble particularidad: Por un lado, los premios no están sujetos a impuestos, algo que en España sí sucede desde el año pasado. Además, los ganadores no pueden esconderse, hay que identificarse al comprar el boleto y los nombres de los agraciados se hacen públicos.

Eso permitió a investigadores de la Universidad de Gotemburgo contactar con casi 500 de ellos. Querían saber si la vida les había cambiado tanto como para dejar de trabajar. Los resultados son llamativos. Solo el 12%  de los premiados mandaron por ahí a sus jefes mientras que un 62% siguió trabajando como si nada. El resto o redujo su jornada laboral o se pidió una excedencia temporal. Y eso que el valor medio de los premios fue de 200.000 euros y un 10% de la muestra había ganado alrededor del millón de euros.

Más obvia parece la tendencia al conservadurismo entre los que ganan una gran cantidad de dinero de repente. El profesor de la universidad británica de Warwick, Andrew Oswald, es un apasionado de la lotería. Ha estudiado desde el estado de salud de los ganadores hasta cómo afecta una lluvia de libras a su ideología.

En un estudio publicado este año, Oswald y su colega de la London School of Economics, Nattavudh Powdthavee, mostraron la relación que existe entre lotería y sentido del voto. Hasta un 12% de los premiados que se reconocían laboristas en las siguientes elecciones votaron por los conservadores. Sin embargo, la tendencia contraria apenas se dio. De hecho, cuanto mayor era el premio, el porcentaje de derechización aumentaba.

«Las causas de las actitudes políticas de las personas son desconocidas. Una posibilidad es que la actitud individual hacia la política y la redistribución estén motivadas por profundas convicciones éticas», decían los investigadores en una nota. Sin embargo, añaden, «nuestro estudio ofrece evidencias empíricas de que la elección del voto se basa en el propio interés».

Los españoles parecen comportarse de una forma similar. En uno de los escasos trabajos que han relacionado ganar a la lotería y política en España, un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada encontró una correlación pequeña pero significativa entre dónde había tocado la Lotería de Navidad y el aumento del voto por el partido gobernante en las siguientes elecciones. Pero, el efecto es muy pequeño, apenas del 0,21%. Además, cuanto más tarden en celebrarse las próximas elecciones, el peso del Gordo es menor.

En lo de que el dinero no compra la felicidad, la ciencia está dividida. Usando una encuesta oficial que incluye preguntas sobre su estado de salud mental, de nuevo el investigador Oswald y otro colega, observaron el bienestar psicológico de casi 150 individuos antes y después de que fueran premiados en la National Lottery con entre 1.000 y 100.000 libras (entre 1.278 y  euros 127.780 euros). Comprobaron que, comparados con los que no habían ganado, había una mejora de 1,4 puntos en un índice de 10. El trabajo, sin embargo, tiene ya una década.

Más recientemente y con un experimento más robusto, otro grupo de investigadores también británicos usaron la misma Encuesta de Hogares Británicos , pero esta vez buscaban averiguar si ganar la lotería afectaba tanto a la salud psíquica como física y en qué sentido. Sus resultados parecen paradójicos. Por un lado, confirmaron la mejoría de la salud mental encontrada en el trabajo de Oswald. Pero, por otro, comprobaron que los ganadores tienden a empeorar su estilo de vida. Por ejemplo, vieron una correlación entre ser premiado y empezar a fumar o beber con más asiduidad.

La irracionalidad de comprar lotería

«El problema con los estudios de otros países es que sus resultados no se pueden extrapolar sin más a la Lotería de Navidad», advierte el profesor de sociología de la Universidad Carlos III, Roberto Garvía. Este sociólogo es uno de los que más ha investigado el fenómeno de la lotería pero en todo lo relacionado a antes de que toque. «Sobre qué hacen los ganadores con el dinero en España no hay nada», se lamenta.

De lo que sí hay, y en eso ha participado mucho Garvía, son trabajos que estudian la excepcionalidad española. Hay países donde los premios pueden superar los 500 millones de dólares a un solo boleto, como en Estados Unidos, y otros, como el Reino Unido donde la gran mayoría de la población esa aficionada a las apuestas pero solo en España se produce un fenómeno tan masivo como el de la Lotería de Navidad.

«La peculiaridad de España es que, en especial en Navidad se juega en grupo», dice el sociólogo. Por ideas básicas de la teoría económica, como la aversión al riesgo o la maximización de los beneficios, los economistas dicen que no deberían de existir los juegos de azar, sin embargo, desde la sociología tienen una explicación. Como dice Garvía, «compras un sueño, una ilusión. Además, está el miedo a que le toque a otros y no a ti, un miedo bien explotado por Loterías y Apuestas del Estado con sus anuncios. «Compras un seguro de que no te vas a arrepentir de una decisión mala», afirma el sociólogo.

Este efecto arrastre es muy conocido por los economistas. Como sucede con las modas, se consume un bien cuando lo consumen los demás. En este caso, un número extra de compradores lo hace por miedo a que le toque a los otros. «A tus vecinos, a tus compañeros de trabajo o en el bar de abajo como en el anuncio de este año», recuerda Levi Pérez, profesor de economía de la Universidad de Oviedo.

Con una decena de investigaciones publicadas en revistas científicas extranjeras, Pérez es uno de los investigadores españoles que más ha analizado el fenómeno de la lotería desde un enfoque económico. Recurre al efecto arrastre para explicar que tantos jueguen por lo que es una apuesta injusta.

«La lotería es en realidad un impuesto y el gancho es el premio», sostiene. Del total del dinero que recaude este año el Estado por la venta de décimos, el 30% va para Hacienda. Lo peor es que, a diferencia del carácter progresivo (pagan más los que más tienen) del IRPF, el Gordo es un impuesto regresivo. Todos los estudios, en España y fuera de ella, muestran que los compradores de lotería tienden a ser de clase media-baja y nivel de estudios inferiores. «Si los que más juegan son los que tienen menos renta, entonces son los pobres los que sostienen la lotería», razona el economista.

Fuente: El País. Miguel Ángel Criado