06 Feb 2023
J febrero, 2023

Silencio versus ruido

Baltasar Rodero

El silencio como ausencia total y absoluta de ruido, está en peligro de extinción, aunque es esencial, e incluso vital en la comunicación, donde las pausas son una parte más de la misma, incluso en la música donde integra armoniosamente la palabra de cada instrumento o grupo de instrumentos. “Todas las grandes cosas pasan por el silencio», dice Nietzsche, y sus encuentros con el ambiente en su pureza prístina, son muy escasos, además de costosos de encontrar, mantener, y disfrutar. El ruido como contrapunto del silencio, vendrá a ser una sensación auditiva disarmónica y desagradable, que además tiene graves repercusiones sobre la salud.

El silencio, se puede decir que es un producto de lujo, las personas acomodadas acuden a lugares siempre lejanos, para poder reencontrase con él, porque la vida actualmente está envuelta en un ruido permanente. En las ciudades, donde se acomoda más del 70% de la población mundial, existen infinitas fuentes ruidosas, tanto en la calle como en cualquier centro público, como grandes superficies, cines,  estadios, teatros, centros de ocio, lugares de encuentro público como estaciones, aeropuertos, etc. No hay lugar donde el ruido no tenga su presencia, forma parte sustancial del mobiliario urbano.

Y lo más importante, es que el ruido lastima, perturba, o enferma. Provoca la vibración de los huesos del oído, para convertirse en señales eléctricas, respondiendo el cuerpo a estas señales, incluso en sueño profundo. Como consecuencia se produce un incremento de la liberación de la hormona del estrés, o cortisol, de tal forma que las personas que conviven en ambientes ruidosos, tienen niveles de estrés más altos, además de posibles problemas de, migrañas, enfermedades del corazón, tinnitus, insomnio, pérdida de audición, disminución de la atención y concentración, dificultad de comunicación, depresión, etc.

La interpretación de que hay personas que se sienten mejor y más concentrados escuchando música, como Pitágoras, que era su método en busca de la serenidad, está en la relación con los intervalos, ruido-silencio, de tal forma que, el silencio intercalado en el ruido, se agudiza, se hace más expresivo, como ocurre con la sombra al apagar la luz, impresiona de más oscura, siempre que las pausas sean de alrededor de dos minutos.

Parece que el silencio estaría compuesto por infinitos espacios inaudibles, afines a los emitidos por algunos cetáceos. Los estudios demuestran, según Bernardi, que una pausa en la música, induce una relajación mayor, a la precedente exposición a la música, lo que indica que el placer de la música, se deriva de una alternancia controlada entre estimulación y relajación. Mozart, decía que la música, no está en las notas, sino en los silencios que la separan.

Un experimento en ratones sometidos a ruidos con intervalos de silencios absolutos, provocan neurogénesis, o aumento del número de neuronas. El silencio podría ser causa de este aumento. Cuanto más ruido, es más importante, porque va asociado a la armonía ruido silencio o ruido armonioso

El ruido genera un sonido que molesta, el silencio genera un sonido imperceptible que llena e invade, y su presencia se siente mediante un diálogo interior, en medio de la más absoluta oscuridad del lenguaje, hablamos desde el silencio. La paradoja es que este lenguaje interior, es más rico, variado y expresivo, que el lenguaje hablado, haciendo incluso desaparecer el ruido exterior, se abre así el camino de la concentración o meditación.

También se da la circunstancia contraria, cuando hay ruido interior: inquietud, malestar, sentimiento de frustración, disgusto o contrariedad, éste nos invade, impregnando todo nuestro nivel cognitivo, desapareciendo así el silencio exterior.

Cuando se está en zozobra, inquietud o desesperación, la meditación requiere paciencia, porque el primer paso de la introspección nos acerca a nosotros, y en este estado no nos gustamos, y lo normal es que abandonemos. Hemos de, en principio, serenarnos mentalmente, pararnos, e iniciar un repaso de nuestras sensaciones, como si se tratara de un rico guiso del que quisiéramos saber la variedad de sus productos. Reconocidas éstas, seguimos y meditamos acerca de cuándo y porqué nacen, para posteriormente estudiar su control.

Las fuentes ruidosas son tan variadas, como las múltiples actividades que se pueden desarrollar en el espacio de una convivencia normal, en ocasiones no tienen porque ser provocadas intencionadamente, como las derivadas de la industria y medios de producción, todos los aparatos y sistemas dedicados a la locomoción, etc., y en otras están dirigidos, para conseguir un fin determinado, pensemos en el efecto estimulante que buscan las grandes superficies y supermercados, centros comerciales, fiestas en general como lugares de consumo ,etc., o también en los centros de placer, distensión y relax, para tratamientos específicos.

Una utilización singular, se hace dentro de la absurda lucha o rivalidad política, cuando el objetivo es sembrar dudas sobre algún asunto, para que no vea la luz, para que pase sin apreciación alguna, sencillamente plano. Para su neutralización, se inicia un juego dialéctico, híbrido y esterilizador, que se fundamenta en la creación de un relato, que trate de embarrar y colorear el discurso, con el objetivo exclusivo de chapotear en el barro, hasta conseguir que el grado de impregnación sea tan degradante y  abundante, que la luz no pueda penetrar.

Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2023