07 Nov 2019
J noviembre, 2019

Sobre los votantes

Baltasar Rodero

Como es obvio, existe una regulación específica a propósito de los individuos que pueden votar, y que en resumen son todos los mayores de edad, con capacidad de discernimiento. No podrá por lo tanto, votar un niño, o una persona con problemas mentales, que le afecte gravemente el juicio, y con ello la capacidad de discriminación.

Son pues un grupo heterogéneo de individuos, con diferente, sexo, cultura, raza, costumbres, temperamento, concepción de la vida, educación, proyectos vitales, etc., de aquí que en base a esta diversidad, se suscite la creación de diferentes partidos políticos, desde los que se intente dar respuesta a cada tipo de demanda.

En esta forma de gobierno que se llama democracia, es el pueblo quien elige a sus representantes, cada un intervalo de tiempo definido, y son estos, los elegidos, los que cargan con la enorme responsabilidad de gestionar con justicia y eficacia, los intereses de los individuos a los que representan, estos son pues servidores, y por ello encargados de ejecutar un programa.

Entre la heterogeneidad de los votantes, en principio podemos situar, a los que viven del partido, o para el partido, se trata de personas con inquietudes sociales, que animados por la ambición de ponerse al servicio de la sociedad, con lo mejor de sus principios y valores, elaboran un programa, con el que buscan ser elegidos por el pueblo. Piensan que pueden ser útiles en la gestión de lo público, y por ello necesarios para que la sociedad funcione más armoniosamente.

Junto a este grupo de votantes, gestores del partido, familiares, y amigos, se sitúan los que creen en ese programa, los que se identifican con ese proyecto, todos aquellos cuyas ideas se ven reflejadas en los panfletos, discursos, comentarios de prensa y radio, etc., del programa, les gusta, les atrae, responde a sus deseos y necesidades, es aceptable, realizable, y justo, se da una absoluta identidad, entre lo que piensan y lo que se les propone.

Otro grupo de votantes, lo componen los que, por la historia del partido, y a la vista del programa, y su potencial futuro, viven cada propuesta de forma intensamente emocional, son sus defensores, sus comentarios y conversaciones giran alrededor del programa, es como un catecismo al que adoran, son todo verdades absolutas, no existen otras verdades posibles, son sus fieles, los que históricamente han permanecido, heredando los sentimientos de sus antepasados, los que no pueden cambiar, los que no permiten contrastar sus ideas, son los idealistas con connotaciones de fanatismo, y sentimiento de nacionalistas, su verdad es la verdad absoluta, por lo que carecen de alternativa.

Viven alrededor de las ideas que defienden, son el argumentario de su vida, son el motor de su quehacer como ciudadanos, batallan, discuten, y como con anteojeras no ven más que la realidad que defienden, no la someten a crítica, es su verdad, la verdad suprema. Con ellos no puede darse un diálogo, ¿de qué van a discutir?. No creen más que en su realidad, el resto es falacia, fruto de la ignorancia, del oponente político.

Un grupo importante está compuesto por los simpatizantes, son personas ya de base condicionadas, sus familiares, amigos, y personas queridas, siempre han estado inclinados en una dirección determinada, ellos suelen respetarla, y aunque el partido que sea, no haya funcionado correctamente, o incluso haya tenido errores, siempre contarán con ellos, de no ser así, traicionarían la historia del pasado de los suyos, por lo que siempre han sido y representado.

Otro grupo estaría compuesto por personas comunes, que critican, piensan, contrastan, se informan, están en principio abiertas a todas la posibilidades, aunque, como todo el mundo, tienen cierta tendencia, que les va a condicionar, y que por ello, lo normal es que el voto vaya donde fue siempre. No son estrictamente simpatizantes, son personas cómodas, que tampoco observan grandes diferencias entre las distintas alternativas, dejándose guiar por aquello de, vale más lo malo conocido…, son los itinerantes.

Quizás un grupo que va creciendo, es aquel que no dispone de ataduras previas, que carece de hipotecas, y además está más informado, pueden votar a cualquiera, no tiene que darse ni dar explicaciones, desde una libertad serena, formada y equilibrada, se informan, alcanzan un criterio, y desde esa coherencia ejecutan el acto. Es el votante maduro, no maleable, emocionalmente sosegado, y carente de ataduras, decidirá desde la libertad más absoluta, lo que entiendan que es más adecuado en cada momento.

En el fondo de saco podríamos situar a los inestables, enfrentados con la norma, los marginados, los que no se implican ni participan en nada, los asociales, que incluso hasta pueden idear, un nuevo partido, ellos en el fondo no creen en nada, la vida es escoria, por lo que ellos viven marginados.

No se da la condición genética, no se hereda la forma de votar, lo que si ocurre es el contagio emocional, el ambiente en el que uno vive, la enseñanza social, junto con el nivel educacional, todo ello nos condiciona.

Hoy venimos asistiendo, a un crecimiento de partidos enfrentados a la norma, al acuerdo social establecido, defendido desde todas las estructuras del poder. Esto en el fondo ha de suponer un aviso, a todos los individuos de buena fe, cívicos, y socialmente integrados, para que se sientan cada día, mas vigilantes, más atentos, y socialmente más activos, teniendo como objetivo, desde las ideas de cada uno, la defensa de los ideales universales, el sentido de la equidad, respeto, justicia y solidaridad.