02 Jul 2021
J julio, 2021

Celos ante la llegada de un hermano

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Toda la familia está feliz por la llegada de un bebé pero.. ¿seguro que todos lo están?. Muchas veces los más pequeños de la casa sufren una situación que les desconcierta y comienzan a tener celos ante la llegada de un bebé.

Cuando hay una estructura familiar bien asentada y llega un nuevo miembro a la familia que, en cierta medida, lo va a desgobernar todo, puede surgir lo que se conoce como pelusilla o celos en los hermanos por tener que compartir la atención de los padres con este nuevo miembro.

Como un bebé recién nacido requiere de muchos cuidados y mucha atención por parte de los progenitores, la rivalidad es bastante frecuente. Los padres ya no están tan disponibles para el resto de hermanos y la atención y el cuidado está más orientada hacia el bebé. La sensación de «haber sido desbancado» surge de manera inmediata.

En palabras de la psicóloga y miembro del centro de psicología nudos, Cristina de la Rosa, “hay que hacer lo posible para que los celos no generen un elevado malestar en el niño pero no luchar contra ellos”.

Cada niño va a gestionar la transformación familiar de una manera y los padres deben de ayudar y estar ahí para acompañarles en esta transformación.

Una técnica muy aconsejable es hacer ver a los hermanos mayores que ellos también fueron bebés, como el bebé que ha llegado a su hogar. Enseñarles fotos y vídeos de cuando ellos eran tan pequeños y hablarles de cosas que hacían cuando eran así. Lo más importante es hacerles entender que ellos también fueron bebés para que se lleguen a identificar con el recién nacido.

Otros juegos que se pueden poner en practica con el hermano mayor es sugerirle que le deje un muñeco que ya no utilice e implicarles en las necesidades más básicas del bebé como ayudar en el baño, darle crema, hacerles reír e incluso darle su primer biberón.

Resulta ser muy positivo que los hermanos mayores tengan interés y participen en este cuidado del más pequeño. ¿Por qué? Porque ser capaces de ayudar a alguien que quieren puede ser muy gratificante para ellos. Se sienten más valorados y reconocidos por su entorno familiar.

Cuando se de la circunstancia de que el hermano mayor se niegue a participar en estos cuidados básicos lo que no debemos hacer es forzar la situación. Debemos dejar a nuestros hijos mayores el tiempo y el espacio suficiente que requieran para adaptarse a la nueva persona que ha entrado en sus vidas. Por otro lado, los padres deben dejar a sus hijos que acepten lo que sienten y lo entiendan como algo normal y saludable.

Es importante hablar con los hijos sin regañarles y ofrecerles un momento de conversación y comprensión. Reconocerles que entiendes que es un momento difícil para ellos y modificar vuestra relación tanto en tiempo como en calidad. Como padres será el momento de crear momentos especiales para estar con ellos al margen del bebé.

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Si nos empeñamos en que el hermano mayor participe de manera obligada, sin plena disposición para hacerlo y no sabemos ver su cambio en el comportamiento, puede ser totalmente contraproducente. El hermano mayor lo que va a sentir es más rechazo por su hermano y detrás de todo esto se estarán los celos.

Al final la familia ha cambiado y cada miembro debe encontrar de nuevo su lugar. La responsabilidad del cuidado es de los padres pero los hermanos mayores deberán, cada uno a su ritmo, saber adaptarse y seguir siendo pieza fundamental en la familia!!

Fuente: El País. Carolina Pinedo.