¿Cómo nos afectan las películas de terror?

Bien, Imagínate que estás en el sofá de tu salón o en la cómoda butaca del cine con las palomitas recién hechas y dispuest@ a ver una buena película de terror. Te pregunto: ¿Cómo nos afectan las películas de terror?

Después de leer este artículo igual cambias de opinión sobre este género de film!!

Encontramos dos tipos de personas, aquellas a las que les apasiona las películas de miedo y las que lo rehuyen porque les produce un gran estrés.

Si, hablamos de estrés, de angustia sumada a la que la propia persona acumula en su vida.

El cine de miedo sacude el cuerpo y el cerebro humano. El corazón pasa de latir 60 -80 pulsaciones a más de 150 bombeos por minuto. Es una reacción inconsciente de nuestro cuerpo ante una situación inesperada.

Las reacciones pueden ser muy diversas: sudor, pánico, agobio, angustia. O, al revés, atracción y disfrute.

Desde el comienzo del siglo XXI se conoce a la neurocinemática como la ciencia que estudia cómo las películas afectan a la mente del público.

Pero ¿cómo nos afectan las películas de terror?

¿Cómo nos afectan las películas de terror?Los sustos en las películas de miedo son tan rápidos e inesperados que al cerebro no le da tiempo a realizar un trabajo previo de “aviso”. El susto golpea directamente la amígdala, donde se procesan las emociones, y genera la conocida como reacción de lucha o huida: ante una amenaza inminente, la mente prepara a toda prisa su dueño para batallar o marcharse. El cerebro ordena bombear adrenalina, el corazón se acelera, el oxígeno fluye copioso y los músculos funcionan a pleno rendimiento.

Ahora bien, el cerebro de algunas personas se enfrenta a esa situación de batalla y otras emprenden su huida como medio de protección.

Hay personas que su reacción es en forma de grito. Según Gilliard Lach – investigador de la Universidad de Edimburgo – gritar es un acto de altruismo. ¿Altruismo? Si, ya que como seres sociales, avisamos a la comunidad de un peligro y los invitamos a estar alerta.

El miedo es algo irracional. En el momento de recibir un susto el cerebro no es capaz de racionalizarlo. Necesita un tiempo para hacerlo. Una vez que lo consigue puede optar por volver a la calma o estimularse más y ver el miedo al fondo del pasillo de casa.

¿Puede la adrenalina fílmica convertirse en una adicción? Por supuesto que si!! Así que prepara un gran bol de palomitas que empieza la peli…

Fuente: El País. Tommaso Hock.