25 Abr 2018
J abril, 2018

Consecuencias del me gusta

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Consecuencias del me gusta

Queremos plantearte una pregunta: ¿vives para ti o para los demás? Qué importante cuestión, ¿verdad?. Y es que hay gente que envuelve su vida en un fino papel de felicidad que intenta mostrar a los demás en las Redes Sociales. ¿Cuáles son las consecuencias del «me gusta» en las Redes Sociales?¿Condicionan la vida de una persona?. Hablemos de ello en este artículo por favor.

En las Redes Sociales se publican momentos, estadios pasajeros de la vida todos los días. Un alto porcentaje muestran siempre un momento feliz, un momento alegre. No quita para que los haya, ¡estaría bueno! pero, ¿vivimos siempre con tanta felicidad alrededor? NO, por supuesto que no.

Hoy en día personas con influencia que han aparecido de la nada, llamadas «influencers», se han convertido en expertos de todo y de nada a la vez. Sus perfiles sociales están cargados de opiniones, consejos y recomendaciones que condicionan las opiniones y desarrollo personal de muchos adolescentes. Entonces, ¿se forman a su medida o están condicionados por lo que dicen los demás?.

Las opiniones de un gran grupo condicionan el desarrollo de la identidad y el modo de presentarnos ante nuestros semejantes. Lo que los demás piensan de nosotros es uno de los factores determinantes en la construcción de nuestro carácter.

Hoy en día los jóvenes cuentan su «vida» en las Redes Sociales y quieren gustar a los demás. Conseguir un «me gusta» es importante para ellos porque se busca la aceptación del individuo dentro de un grupo social.

Lo que ocurre es que la búsqueda continuada de la aceptación muchas veces genera una adicción emocional. Cada «me gusta» nos hace sentir mejor. El feedback recibido nos indica que hay personas que están pendientes de nosotros. Esto nos hace sentir el placer del triunfo, del objetivo conseguido.

Consecuencias del "me gusta"

Consecuencias del me gusta

Una consecuencia del «me gusta» es mantener el nivel de atención del publico. Requiere esforzarse en exponer una vida cada vez más espectacular, con momentos más intensos, más alegres, más divertidos, más originales, ¿más real?.

Hoy en día somos víctimas de la tiranía de la popularidad y el optimismo, un derivado directo del culto al cinismo. No está permitido enfadarse, tener un mal día o estar de mal humor.

Otra consecuencia para los menores que aún no tienen una opinión propia es la pérdida de libertad de pensamiento. Pierden su capacidad de reflexionar sobre lo que les gusta o lo que no. Decidir ya no es posible porque desde Internet ya les dicen lo que debe ser.

¿Acabarán siendo todos los adolescentes iguales? Esperemos que no.

Fuente: El País. Lola Morón.