¿Cuáles son las consecuencias del terrorismo?

Todos nos planteamos una vida larga, con tiempo de sobra para hacer cosas, cumplir sueños y crear proyectos. Una vida acompañada de seres queridos que también tendrán una vida larga. Pero no siempre es así. La vida a veces rompe tus expectativas. Llámalo destino, error o desgracia. Las causas pueden ser muchas. Hoy analizamos ¿cuáles son las consecuencias del terrorismo? ¿cómo cambia la vida al perder a alguien por ello? ¿se supera?.

Contamos con dos duros testimonios que dan vuelta al estómago al conocerlos. Cristina Rubio, una joven de 29 años que perdió a Juan Carlos, su marido y futuro papá de una pequeña que no llegó a conocer. Fue asesinado en el ataque terrorista perpetrado en el Museo Nacional del Bardo en Túnez. Y Gemma de los Ríos, quien junto a su marido, Jorge García, sobrevivió al asalto talibán a la embajada española en Kabul. El, desgraciadamente, falleció en el atentado.

Ambos actos terroristas tuvieron lugar en 2015. No hace mucho y las dos aún siguen intentando superar la pérdida de la persona con la que esperaban estar toda su vida.

¿Cuáles son las consecuencias del terrorismo?

¿Cuáles son las consecuencias del terrorismo?

¿Dónde quedan los planes de vida conjuntos? ¿Y el padre de una pequeña que nunca lo conocerá? ¿Por qué solo quedan recuerdos que dibujan un pasado?. Puede que estas solo sean algunas de las preguntas que Cristina y Gemma se plantean día a día.

Ansiedad y miedo

Ser víctima del terrorismo deja fuertes secuelas para siempre. Cristina explica cómo los miedos y la ansiedad se adosan a tu vida. No hay una vía para controlarlo en situaciones más cotidianas. Estos miedos se manifiestan de diferentes modos.

«Es difícil. Tienes que hacerte a vivir con los miedos. Y a afrontarlos», explica Cristina. «Es un proceso en el que avanzas poco a poco», remacha, antes de enumerar esas situaciones en las que su mente revive —»como si estuviera de nuevo allí»— aquellas horas encerrada. Como cuando suena un petardo. «Aquí, en Valencia, es frecuente. Y, cuando ocurre, me quedo paralizada porque los identifico con los disparos. No puedo moverme hasta que veo que no suenan más y que no se escuchan sirenas de ambulancia o de policía». O como cuando, en una ocasión, al pasear por una plaza de la capital levantina, se quedó inmóvil. «Estaba muy concurrida. Y empecé fijarme en que había agentes, en cómo la gente se movía…». Su cabeza recreó de nuevo el ataque.

La ansiedad también puede generar una necesidad de saber y obtener respuestas. Cristina Rubio a su regreso a España, sintió la necesidad de leer y saber todo sobre el yihadismo. No deja de ser una salida desesperada por sentirse mejor.

El ser humano necesita buscar un sentido a «algo que no lo tiene», una justificación a lo sucedido. En definitiva, un «porqué» a aquello que te cambia la vida sin haberlo decidido.

Dolor y tristeza

Perder a un ser querido es difícil de superar. Que te lo arrebaten, es imposible.

Hay dolores indescriptibles. Situaciones emocionales que no entienden de «era ley de vida». Momentos en los que abandonarse es más una salida que una decisión.

Las emotivas palabras de Gemma de los Ríos tras perder a su marido nos enseñan el dolor humano en mayúsculas:  «Después del shock, sufrí un inmenso dolor y tristeza. Los primeros días no podía parar de llorar. No podía ingerir alimentos sólidos. Fui incapaz de conciliar el sueño por las noches. Vivía en la tristeza absoluta…». «Pero, poco a poco y con ayuda, aprendes a controlar la ansiedad. Y es triste, pero tienes que aceptar a convivir con ese dolor».

Ese dolor será eterno porque la falta de un ser querido también lo es. Evolucionará muy poco a poco con el trabajo personal. Un trabajo basado en enfrentarse a la soledad y a miedos muy marcados.

La falta

Cada individuo debe buscar su felicidad de manera individual pero cuando se logra y se comparte con otra persona, es maravilloso. Se planea una vida en común, se aprende de la otra persona, se admira y se comparte lo mejor y lo peor de uno mismo.

Un compañero de viaje que deja de existir en cuestión de segundos y que no dice «adiós». Sus recuerdos del pasado permanecen. Los planes de futuro marcan un camino que ya no se desea seguir porque no tiene mucho sentido.

Mirar al pasado reconforta porque esa persona que un terrorista decidió matar, existe. Volver al presente, es duro. No existe ni presente ni futuro.

De los Ríos y Rubio aprenden a vivir el presente sin dejar atrás el pasado. Ni siquiera se lo plantean. «Tratas de construir una vida nueva, pero siempre con los recuerdos y la tristeza. A mí me destruyeron mi presente y mi futuro. Así que solo me queda vivir del pasado. Y, la verdad, yo no me planteo el futuro. Para qué», concluye Gemma.

¿Cómo puede superarse?

La ayuda profesional es vital en estos casos. Son situaciones demasiado extremas que precisan de un tratamiento psicológico largo, sin plazos, personalizado y doloroso.

La doctora en psicología y gerente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Natalia Romero, trabaja desde hace años con las víctimas en su recuperación. Por desgracia su experiencia es muy amplia en víctimas del terrorismo de ETA que ha vivido España en las últimas décadas. Actualmente, también las víctimas del terrorismo yihadista, centra su foco de atención y estudio.

Su forma de tratarles es mediante la palabra. Es importante dejarles hablar e intentar normalizar su situación. «Relatarles que todo lo que sienten es normal —los nervios, la ansiedad, el evitar hablar de lo ocurrido…— y explicarles a qué situaciones tendrán posiblemente que enfrentarse en un futuro» es el trabajo que realizan desde la asociación.

Fuente: El País. J. J. Gálvez