Pueden ser cuatro líneas, cinco ideas, un dibujo o un texto extenso lleno de complejidades emocionales pero escribir en un diario es, como dijo Miguel de Cervantes, «la pluma es la lengua de la mente». ¿Cuáles son los beneficios de escribir un diario?. ¿Tiene que escribirse de alguna manera?. ¿Cada cuánto tiempo debemos escribir?.
Hay personas que desde niños adquirieron el hábito de escribir en un diario. «Mi primer Diario» se solía llamar. En él se han plasmado juegos, buenos momentos, miedos y con el tiempo ese hábito se ha mantenido en el tiempo. Otras personas sin embargo, han comenzado a escribir con más edad.
No debería de haber una razón para escribir en un diario pero normalmente se escribe en momentos difíciles de la vida. Pérdidas, separaciones, situación de crisis, enfermedad, etc. ¿Por qué acudimos a ellos?
¿Cuáles son los beneficios de escribir un diario?
Uno de los mayores beneficios de escribir un diario es poder liberar la mente. Esa pesada mochila llamada «problema» parece pesar menos si lo compartimos con una hoja.
Volcar por escrito las incidencias y datos relevantes del día a día es una práctica que ayuda a liberar el estrés, a gestionar emociones y a vaciar la mente de pensamientos intrusivos.
Permite también conocerse a uno mismo más. Somos casi unos desconocidos para nosotros mismos. Hay un ejercicio fácil y muy complicado al mismo tiempo que deberíamos realizar todos al menos una vez en la vida. Haga la prueba: tome un bolígrafo y un papel e intente definirse en un puñado de frases.
Otro de los grandes beneficios de escribir en un diario es la posibilidad de ordenar y aclarar ideas. La mente y las emociones pueden ir más rápido de lo que somos capaces de gestionar. Parar un momento, el tiempo que sea, para saber qué sentimos, qué pensamos, que deseamos, o debemos hacer, nos permite ver el camino a seguir de una manera más clara y serena. De esta forma seremos más capaces de afrontarlo con mayor confianza.
Otro beneficio de escribir en un diario es ser conscientes de las cosas bonitas que tenemos. Si nos acostumbramos a «hablar» en positivo y destacar cada día algunas cosas o situaciones bonitas que hemos vivido, seremos más conscientes de la simplicidad de la Felicidad.
Por último y si somos honestos al escribir, podemos ser tan críticos y agradecidos con nosotros mismo como necesitemos en cada momento. No es una tarea fácil, pues tendemos a mentirnos más a nosotros que a los demás. El diálogo que se establece con el propio yo da sus frutos.
Escribir un diario no tiene normas. Es un cajón desastre en el que todo vale. Un cajón lleno de emociones, sinceridad, gritos de ayuda, momentos de felicidad… de mil cosas personales.
¿Has escrito alguna vez un diario? Te animo a hacerlo, no tienes nada que perder. Siéntete libre. Si no te gusta lo escrito, no te preocupes, nadie te va a juzgar!!.
Fuente: El País. Marta Rebón.
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