¡Trabajo desde casa! Yuuuupi!! Pero.. ¿por qué compruebo constantemente las cosas del trabajo? ¿Trabajar lejos de la oficina se está convirtiendo en un problema?. La pandemia nos ha revelado un nuevo miedo denominado FOMO y vamos a ver de qué se trata.

La llegada de la pandemia obligó a transformar nuestra forma de trabajar. Ya no estábamos en la oficina, si no en casa, y cada uno adapto su tiempo y la conciliación familiar de la mejor manera posible.

Una vez que comenzamos a sentirnos seguros con esta forma de trabajar, empezaron a aparecer los primeros miedos: ¿todo está bien en el trabajo? ¿me estoy perdiendo cosas? ¿me estoy quedando descolgado del grupo?.

En condiciones normales, el trabajo también conlleva relacionarnos socialmente con terceros y si somos aceptados en ese grupo, nos sentimos bien porque nos aporta seguridad. En la pandemia, al trabajar desde casa, este grupo social desapareció y la energía y confianza en uno mismo se pudo ver enturbiada.

Según Macarena del Cojo, psicóloga general sanitaria del Instituto Psicológico Cláritas, el FOMO laboral es el miedo a perderse algo al no estar en contacto con aquello que nos proporciona seguridad o satisfacción. Muchas personas han comenzado a generar este miedo y a pensar que no están haciendo bien su trabajo, que algo está fallando, que ya no son tan útiles como los demás y en el fondo, no es verdad. Lo que sí es verdad es la falta de seguridad en uno mismo y en lo que hace.

La persona que sufre FOMO siente una necesidad imperiosa de estar presente en la oficina. Necesita estar allí, relacionarse, escuchar, saber qué ocurre en el trabajo para mantenerse al día. Necesita interactuar con los compañeros de trabajo y jefes porque esto les proporciona una serie de refuerzos positivos sobre sus logros y valía.

Durante el proceso de adaptación al trabajo remoto era lógico que en un principio todos nos hayamos sentido un tanto desconcertados. Con el tiempo, debido a nuestra capacidad de resiliencia, nos hemos ido adaptando a las nuevas circunstancias sin que supusiera mayor dificultad. Sin embargo, si ese miedo es recurrente e incluso se llega a pensar que puedes perder tu trabajo, estamos hablando de una patología psicológica y de un miedo irracional. En este caso, es el momento de cambiar algo.

Muchas empresas han sabido mantener la conexión de sus trabajadores y el trabajo en equipo con reuniones a través de videoconferencias y, en la medida de los posible, con la asistencia por días a la «oficina». Esta estrategia es muy positiva porque el miedo inicial y racional de los trabajadores se va aliviando al mantenerse conectados social y laboralmente.

Cuando aún así, el miedo y la sensación de perderse algo es persistente, es necesario buscar ayuda profesional para trabajar en fortalecer la seguridad en uno mismo.

Fuente: El Confidencial. Fran Sánchez Becerril.