01 Mar 2022
J marzo, 2022

Ansiedad y atracones de comida

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¿Te ha sucedido alguna vez que has visitado la nevera siete u ocho veces y en todas las visitas has comido algo y no te has llenado? ¿Has pensado en la hipótesis de que puede que tengas estrés, ansiedad, depresión? La ansiedad y los atracones de comida van muy de la mano y hay que detener el problema de comer sin control.

Cuando comemos sin control, nos calmamos y sentimos placer pero… lamento decirte que es algo temporal. Nuestro cerebro reacciona muy positivamente a la comida y si son alimentos ricos en grasas, azúcar o sal, más aún. Durante unos minutos podemos tocar el cielo pero en breves minutos nuestro cerebro nos va a pedir un poco más de «eso».

¿Por qué sucede esto? Cuando nos encontramos en situaciones de ansiedad o estrés, generamos mayor cantidad de un tipo de hormona llamada grelina. Esta hormona se genera en el estómago y se transporta a través de la sangre. Es la encargada de decirle al cerebro que «oye, tengo hambre, dame comida».

Paralelamente, en el estómago se genera también otra hormona llamada leptina. Ésta es la hormona encargada de decir al cerebro que ya estamos llenos y que no queremos comer más. Estamos saciados. Hasta aquí todo entendido. Cuando nos encontramos bien, en calma, existe un equilibrio hormonal donde una ordena comer y otra ordena dejar de comer. Lo que sucede cuando tenemos estrés o ansiedad es que generamos más grelina y le pedimos al cerebro más reiteradas veces que queremos comida. No llegamos a saciarnos nunca.

Ya sea la hora que sea, si la grelina está en estado de alerta, nos va romper nuestro sueño, nuestro descanso, nuestros horarios de comida, nuestro autocontrol y es que si nos dejamos llevar por la ansiedad de comer, luego nos sentimos aún peor y nos estresamos más por la decepción de no controlar la situación.

Existen unas recomendaciones para antes de comer que queremos mencionarte:

  1.   Usa platos pequeños pero colmados para facilitar la sensación de saciedad. No es lo mismo un plato grande con una ración normal que esa misma ración en uno pequeño, ¡parece el doble de comida!
  2. Expliquemos el concepto de palatabilidad. Este concepto nos es más que el placer que aportan los alimentos a tu cerebro. Si comes alimentos altos en grasas, con azúcar o sal, tu cerebro se sentirá recompensado y te pedirá más. Si come coliflor o berza puede que no. Por tanto, hay que evitar tener en casa los alimentos que recompensen al cerebro.
  3. Lo que hay y sucede en nuestro entorno nos influye, así que no hagas mucho caso a las publicidades y a la facilidad para conseguir comida de recompensa.
  4. No tengas de todo a tu alcance. Si dispones de un buffet libre con mucha variedad, vas a comer más cantidad que si tienes los cereales y manzanas de siempre.
  5. No hay que decir no a una invitación de amigos/familia a comer o cenar pero recuerda que en estas situaciones siempre se come más de lo que necesitamos.
  6. Busca alimentos saciantes como los alimentos ricos en proteína y fibra o bien, texturas y viscosidades que mejoran la saciedad por la liberación de péptidos.

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Si vas a abrir varios armarios y la nevera casi es mejor dejarla abierta todo el rato en vez de abrirla y cerrarla cada vez que te acercas a ella, acuérdate de tu hormono grelina. ¿Tienes suficiente hambre como para comerte una manzana? Si la respuesta es SI, es que de verdad tienes hambre. Si la respuesta es NO, tienes gula y posiblemente ansiedad.

Fuente: El Mundo. Boticaria García.