Encontraste un trabajo, lo diste todo, te hicieron fijo, la monotonía llegó y el desgaste laboral se hizo presente. Comprueba si estás quemado por tu trabajo y cómo solucionarlo porque puede conllevar problemas más importantes!!

La Organización Mundial de la Salud admitido como enfermedad el síndrome del trabajador quemado. De ahí que un 10 % del total de trabajadores reconozcan que sufren esta enfermedad.

El origen de esa enfermedad no se puede achacar a las empresas ni a los trabajadores ni a la forma de trabajar en las empresas. Nadie quiere reconocer su responsabilidad. Lo que sí se tiene muy claro es que lo mejor es la prevención para evitar que un trabajador acabé quemado en su trabajo.

¿Cómo prevenirlo?

La prevención deberá ser trabajada desde dos entidades: la empresa y el trabajador.

Por un lado, la empresa tendrá que elegir bien a los directivos para dirigir e involucrar a su equipo en nuevos proyectos, establecer las obligaciones y responsabilidades de cada trabajador, mantener un canal de comunicación fluida y de confianza, poner los medios tecnológicos y formativos necesarios para cumplir con los objetivos y sobre todo, reconocer los méritos obtenidos por el trabajador.

Por otro lado, el trabajador tendría que optimizar sus tareas, ser organizado, plantearse prioridades, ser sincero y tener confianza con su superior y, por supuesto, llevar una vida personal equilibrada para que no repercuta en su rendimiento laboral.

Razones del síndrome

Ligado a los argumentos expuestos como métodos de prevención, están las razones del por qué surge el síndrome del empleado quemado. Por ejemplo, un superior que no escucha o que es incapaz de aportar valor a la compañía y al equipo, un mal reparto de los incentivos económicos o el tiempo que se dedica a la formación que luego no es optimizada dentro de la empresa, puede ser algunas de las razones.

Darse cuenta antes de llegar a una situación límite es evitar un problema más agudo. ¿Cómo podemos identificar si se está quemado en el trabajo? El Instituto Nacional de Higiene y Seguridad en el trabajo ha definido 4 fases por las que pasa un enfermo del síndrome:

ENTUSIAMO. En un nuevo puesto de trabajo se genera mucha energía y se dan expectativas positivas. No importa alargar la jornada laboral.

ESTANCAMIENTO. No se cumplen las expectativas profesionales. Hay un desequilibrio entre esfuerzo y recompensa.

FRUSTRACIÓN. El trabajador se desmotiva y desmoraliza. Pierde la ilusión. Cualquier cosa le irrita y provoca conflictos en el grupo de trabajo.

APATÍA. Cambios de actitud hacia una postura defensiva.

En general, cuando el trabajador siente tristeza y acude al trabajo sin ilusión puede ser un comienzo. Levantarse cansado a pesar de haber dormido o experimentar sentimientos negativos hacia compañeros, clientes o tareas, que se traducen en un bajo rendimiento y escasa concentración para cumplir objetivos. Esos son los claros referentes de esta enfermedad cuyo origen se liga al desempeño laboral”.

Acabas de leer este artículo y posiblemente acabes de salir del trabajo o marchas ahora mismo a la oficina.. ¿tienes alguno de estos síntomas? Párate a pensar un poco y comprueba si estás quemado por tu trabajo y cómo solucionarlo!!

Fuente: El País. Susana Carrizosa.