
¿Estás preocupad@ por tu salud?¿Obsesionad@ con contraer el virus?. Ahora mismo puede que no sepas gestionar el miedo a un contagio pero no caigas en el error de hipocondria en época de pandemia.
Un estado de alerta sanitaria puede ponernos a todos en alerta y preocuparnos de manera leve, normal o en exceso por nuestra salud. Es importante evitar contagios y mantener las medidas de higiene y seguridad recomendadas pero, no debemos excedernos ni alterar nuestro estado de vigilancia sanitaria.
Estás dentro de lo normal si durante estos días has dedicado parte de tu tiempo a pensar en la Covid-19. Pensar en cómo te sientes, en si has estado con personas contagiadas o si estás guardando las distancias y medidas de higiene imprescindibles. ¡Esto está dentro de la normalidad!. ¿Cuándo podemos hablar de hipocondria en época de pandemia?
Antes de nada es importante aclarar qué es una persona hipocondria o hipocondriaca. Es una preocupación excesiva ante la posibilidad de padecer una enfermedad grave. En estos casos, la persona se observa más allá de lo necesario, de manera obsesiva y minuciosa, llegando a conclusiones erróneas sobre su salud, debido a un análisis inadecuado de signos y síntomas.
La principal diferencia entre una persona hipocondriaca y una normal es que la segunda, se da cuenta de que ha exagerado algo tanto en su preocupación como en los medios desplegados para mitigarla. “Lo que distingue al hipocondríaco es la frecuencia, duración e intensidad con que vive este patrón.
Si durante el confinamiento estás auto medicándote al menor síntoma, te tomas la temperatura varias veces al día sin motivo aparente, te aíslas, sientes angustia, identificas todos los síntomas aunque no los tengas, reaccionar exageradamente ante una tos o un estornudo ajeno, limpias la casa o la ropa más allá de lo necesario o incluso de lo conveniente, puede que seas una persona hipocondriaca…
Ser hipocondriaco no surge así de la nada, ya que suele ser algo crónico y habitual, pero ante situaciones tan extremas nuestra mente puede desarrollar mecanismos de defensa que deriven en un este tipo de trastorno mental.
La parte positiva es que muchas de estas conductas que, de manera aislada, no tienen porqué significar que exista ningún cuadro clínico de hipocondria, terminan desapareciendo por si mismas cuando el contexto de preocupación generalizada se atenúa. Pero, si generan verdaderos problemas en el funcionamiento de la persona, se cronifican y se alargan en el tiempo, la mejor solución será animarle a consultarlo con un profesional.
Fuente: La Razón. Marta de Andrés.
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