¿Por qué no podemos dejar la mente en blanco?

Esta increíble máquina que llevamos sobre los hombros, ¿puede parar en algún momento? ¿Tu qué crees? La respuesta es NO pero, ¿por qué no podemos dejar la mente en blanco? Vamos a ver qué nos dicen los expertos.

Myriam Campelo, directora en España de la app de meditación Petit BamBou, cita que «es científicamente imposible dejar la mente en blanco» y que el mito de llegar a conseguirlo (y no lograrlo) ha dejado atrás a muchas personas que no lo han conseguido. Según el portal de datos de mercado Statista, el 49% de los practicantes, han conseguido su objetivo.

Nuestra mente no para de trabajar y menos en el ritmo diario en el que vivimos. La carga de estímulos que recibimos, la información a procesar, las decisiones que tomar, valoraciones, pensamientos positivos y negativos, los miedos, los proyectos inspiradores… todo eso ronda nuestra mente a gran velocidad. Es normal sentirse agotado y que algunas ocasiones sea necesario querer «dejar la mente en blando».

No hablemos de dejar la mente en blanco si no de relajarla, de calmarla, de frenar todos esos «asuntos» que gestiona cada segundo y que generan estrés y ansiedad. Para ello, hay varias herramientas como el Yoga, técnicas de respiración, el Mindfulness, la meditación, la relajación, etc.

La meditación es una forma de entrenamiento gracias al cual podemos conseguir un estado de calma, centrando y manteniendo nuestra atención en una sola cosa. Para quien comienza a meditar, lo más fácil es centrar la atención en la respiración, en las sensaciones físicas al inspirar y espirar.

La relajación puede confundirse con la meditación pero hay un matiz importante que las diferencia. En la relajación dejamos la mente libre, que vague por los pensamientos, que elija el que quiere y se calme. De esta manera, el cuerpo también se relaja y se calma. No hay nada voluntario, todo es espontáneo y la mente dirige el pensamiento. En la meditación hay un trabajo interior de concentración. Se pretende focalizar el esfuerzo en algo concreto (respiración o sensaciones físicas como decíamos antes).

Además con la meditación consigue importantes cambios en la estructura cerebral, lo que lleva a reducir el estrés o gestionar mejor las emociones además de reforzar el sistema inmunitario o bajar la frecuencia cardíaca.

El Mindfulness es una técnica que busca centrar a la persona en el momento, en el día actual, no mirar más allá ni preocuparse por ello. Es la focalización de la atención en el momento presente, es un método para conseguir la atención plena, centrándonos en lo que está sucediendo “aquí y ahora”, aceptándolo sin más, sin intentar cambiar, ni juzgar nada. Con esta técnica los beneficios son muy claros: se gana en calidad de vida, se mejoran las habilidades sociales y se reduce el estrés.

Las técnicas de respiración (la abdominal, la progresiva, la equitativa, la de yoga y la energizante) han demostrado que permiten mejorar el nivel de ansiedad. Esto es debido a que la respiración conecta con varias partes de la corteza cerebral y reacciona diferente al cambio de respiración.

Por último, hacer yoga tiene beneficios en el cerebro, y son muy similares a los que produce el deporte cardiovascular. Influye en las regiones relacionadas con la memoria, la regulación de las emociones y el aprendizaje. También ha quedado demostrado que hacer yoga durante ocho semanas tiene una menor respuesta del cortisol al estrés y disminuye la ansiedad y la depresión.

¿Por qué no podemos dejar la mente en blanco?

Independientemente de que practiques alguna de estas técnicas, muchas veces nosotros mismo somos capaces de conseguir calmar nuestra mente. Cuando salimos de nuestra rutina, de nuestros pensamientos repetitivos, dejamos que nuestra mente solo se centre en algo que nos da armonía, calidez como la Naturaleza, viajar, hacer deporte, salir a andar, etc. estamos desconectando la mente. En esa desconexión es donde la mente deja de divagar, y por tanto mejora ese estrés.

Ahora, piensa en un color… ¿has pensado el blanco? Tu mente también!!.

Fuente: El País. Silvia Capafons.